martes, 8 de mayo de 2018

Rompe una rutina.
Este es el reto de hoy.
Coge el tren en vez del autobús, el autobús en vez del metro. Ve al trabajo por otro camino Cambia un hábito, uno solo de todos los movimientos que efectuamos en piloto automático cada día. 
Si eres caminante haz el trayecto al revés.
Si eres un Walden Runner, el recorrido de todos los días, hazlo al revés.
El alzheimer, la demencia senil y muchas enfermedades del cerebro se previenen en parte ejercitando las neuronas. Pensemos que son músculos, y éstos si no se trabajan desaparecen, si no se estiran se endurecen. Demosle flexibilidad a nuestras neuronas. 
Evitemos que se agarroten o anquilosen. 
Los ancianitos se desconciertan y se apagan cuando los desubicamos al cambiarles su entorno. La causa es que su rutina está tan mecanizada que no tienen que pensar para ejecutarla. Sus neuronas al no usarlas se mueren.
¿No pasa lo mismo con todo aquello que no utilizamos?
El reto de hoy es el primer paso hacia la flexibilidad mental. 
Me llena de esperanza leer todo lo que los neurólogos están constatando en los últimos años sobre el cerebro y su tremenda plasticidad sea cual sea nuestra edad. Incluso con 80 años todavía podemos seguir creciendo siempre y cuando, dicen, desconcertemos al cerebro cambiando nuestras rutinas y obligándole a enfrentarse a nuevos retos.
¿A mi edad ya es imposible cambiar?
Se puede, está demostrado, pero si no queremos, fijo que no cambiamos.
Pilar Amián
Cofundadora del Método Walden.
www.metodowalden.com
pamian@metodowalden.com

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