El reto de hoy: Sustituir el pastelito de después de comer
por un puñado de cacahuetes con cáscara y sin sal.
Seguimos reduciendo el azúcar pero sibilinamente. El
caprichito que calma la ansiedad de nuestro espíritu después de comer o de
cenar lo podemos manipular y transformarlo en un puñado de cacahuetes sin sal y
con cáscara para que dilaten el momento (unos 10, no más). Son grasas
saludables y además con fibra, nos sacian más que el azúcar, y al la fibra
introduce la magia de divide sus calorías totales por la mitad.
A mis WaldenRunners, les animo a probar la energía sana que
aporta este fruto seco, en realidad es una legumbre, en comparación con la
energía inmediata de los dulces. Los picos de glucemia que éstos provocan nos
acercan el temido muro antes de lo que imaginamos. Vamos a enseñar al cuerpo a
tirar en esos momentos de nuestras reservas de grasas con las que podemos
correr unos 100.000 km ;-).
Poco a poco modificamos nuestras rutinas y flexibilizamos
nuestras neuronas alejándonos del alzheimer.
Engañamos al subconsciente con pequeños caramelos para que
no adivine nuestras intenciones.
Nuestro objetivo final: manipularlo para ir desplazándolo
hacia nuestras metas.
Nuestros Walden Runners superando retos!!.
Pilar Amián
Cofundadora del Método Walden
pamian@metodowalden.com
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