Reto: Cambia un Final.
Tenemos aversión al sufrimiento. Todo aquello que guardamos
en nuestro recuerdo cargado de sufrimiento tendemos a evitarlo. Lo curioso es
que nuestra percepción de la realidad está siempre alterada, no es ecuánime con
lo que realmente aconteció, el desenlace final determinará si lo catalogaremos
como bueno o malo.
Os pongo varios ejemplos para que lo visualicéis:
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Una excursión a la sierra de Gredos discurre de forma
maravillosa, disfrutamos de nuestros amigos, de una conversación agradable, del
sol, de la comida, nos reímos un montón pero al terminar el día, los últimos
quince minutos tenemos una discusión tensa con nuestro marido, hijo o amigo o
sucede algún contratiempo de riesgo
La grabaremos como un día
terrible, las 12 horas de placer previas desaparecen del mapa.
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Salimos a aprender a montar en bici, esquiar, saltar en
paracaídas o cualquier otra actividad de riesgo y lo logramos poco a poco, nos
sentimos triunfadores pero… al final tenemos una caída. Nos vamos a casa con
sensación de derrota y no queremos volver a intentarlo.
Esto fue lo que me sucedió a mi
por ejemplo intentando hacer mis pinitos con el triatlón, salí hace unos años en
bici con los chicos por la casa de Campo, me puse por primera vez unas calas. La
salida fue increíble (ahora lo veo) pero al final se nos hizo de noche, había una zanja tremenda traté de bajar de la bici y
las calas se me engancharon, me caí. Conclusión: Decidí que lo mío era sólo el
running y ese día lo archivé como experiencia digna de no volver a repetir.
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Una película fantástica, con una trama que engancha nos
tiene conectados sin pestañear. El final nos decepciona porque termina sin
sentido. La crítica que haremos de la película será negativa, hemos perdido el
tiempo.
Seguro que vosotros ahora podéis volver atrás y recordar
muchos acontecimientos similares. Nuestra percepción de la felicidad se rige por las mismas pautas,
jamás coincide la que anticipamos, con la que vivimos ni con la que recordamos.
La buena noticia es que conociendo este mecanismo podemos jugar
con él para que juegue a nuestro favor. Alteraré mis finales para no derrotarme
en mis proyectos y poder persistir en ellos.
Os voy a contar un experimento curioso que se hizo hace uno
años en un hospital de Canadá para ver si se podía alterar el recuerdo. Entenderéis
lo alucinante que es el hombre y cómo podemos usar estos pequeños “gaps” o
errores en nuestro beneficio....
Hasta hace poco
las colonoscopias eran bastante molestas porque se hacían sin anestesia. Los
médicos comprobaban que aunque eran fundamentales en la prevención del cáncer
de colón no conseguían que la población de riesgo las repitiera con la
frecuencia necesaria. La gente se hacía una y no más Santo Tomás.
Decidieron hacer la prueba de cambiar el FINAL. Es decir
extendían la duración de la colonoscopia 5 minutos más pero con la diferencia
de que los dejaban simplemente tumbados sin hurgar haciéndoles creer que
todavía era parte de la prueba.
Los pacientes al ser interrogados sobre la molestia de la
colonoscopia recordaban principalmente esa última parte y contestaban: “bueno un poco
desagradable pero no fue para tanto”. Mientras que al preguntar a los que no se
les había alargado esos 5 minutos, respondían que fue terrible, insoportable.
El dolor había sido el mismo, incluso el de los primeros peor porque duró 5
minutos más aunque más leve. Al cambiar este pequeño detalle consiguieron subir
el número de repeticiones de esta prueba.
Razonemos
sobre esto: Si cambiamos nuestros finales, nuestra vida mejora.
Hagámoslo,
ese es nuestro Reto de hoy.
-
Mis días de entrenamientos los programaré
conscientemente. Seamos inteligentes:
a)
Si son series, las últimas serán siempre más ligeras
b)
Si es una tirada larga, pararé antes de agotarme, me quedaré con la sensación de “podría haber
hecho más”.
-
Si estoy a dieta: guardaré el bocado más rico para el
postre, terminaré cada comida con un regalito sano que engorde un poco pero no
tanto o con un café o té con un aroma especial.
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Si estoy teniendo una discusión acalorada con un amigo,
hijo o compañero de trabajo, cerraré la conversación con una broma o una
sonrisa, para no guardarle rencor o poder volver a retomarla con ganas.
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Si estoy estudiando algo complicado o realizando un
trabajo duro, cerraré el día con la parte más amena sino me costará Dios y
ayuda volver a sentarme..
Estamos en el siglo XXI y hemos descubierto que el ser
humano no es tan racional como creemos en su toma de decisiones. Tenemos pautas
erróneas comunes que todos repetimos y que desvirtúan nuestra percepción de la
realidad y de nuestros deseos. Lo divertido es que si las destapamos
Conscientemente y jugamos con ellas dándoles la vuelta nos servirán para poder
extraer ese maravilloso potencial que todos llevamos dentro y que nos capacita
para lograr cualquier Gesta que nos propongamos.
¿Por qué sólo se estudia el proceso de toma de decisiones
dirigido a las inversiones financieras, la política o la manipulación del
consumidor?
Nosotros lo utilizamos para el deporte, para la superación
personal y para la consecución de nuestras metas. Porque nos interesa
únicamente lo que eres y puedes llegar a ser. Nos nos importa lo que votas, lo
que compras ni donde inviertes
Únete a nuestro Proyecto Walden, aprendiendo a destaparlas y
practicarlas en el movimiento.
Pilar Amián
Cofundadora del Método Walden.
pamian@metodowalden.com