miércoles, 6 de junio de 2018


Os reto a que os oigáis hablaros.

Escuchad vuestra conversación interna un día.

Observad cómo  nos repetimos lo mismo una y otra vez, un día detrás de otro.

Somos terribles. Somos el amigo más pesado, repetitivo, reincidente y aburrido que podríamos tener.

Huiríamos de él como de la peste. Nos esconderíamos por las esquinas cada vez que lo divisáramos a lo lejos. Pensaríamos: “Dios mío, qué pesado otra vez con la misma historia!! No avanza, lleva atascado diez años en el mismo tema!!.”

 

Y es que nos fascina repetirnos las mismas cosas día tras día: " Mañana hablaré con mi jefe y le diré,  mañana hablaré con ni jefe y le diré, cuando llegue a casa haré, tengo que hablar con mi marido/hijo/amigo y aclarar, y vuelvo y vuelvo y vuelvo… ….la hipoteca la cancelo en veinte años, no importa un alquiler me cuesta más, bueno son solo 20 años….. mañana más,. Y dale que te  pego.

Procesamos unos 2.000.000 de pensamientos al día y repetimos el 90% de los mismos. En la mayoría de las personas el 80% son ideas negativas, es decir “preocupaciones”, convirtiéndose en un hábito o más bien en una adicción.

 

No somos nada interesantes, somos aburridísimos. ¿Cómo nos aguantamos? Porque nos hemos vuelto adictos al sufrimiento, a la anticipación de los desastres. Es un vicio irresistible con consecuencias devastadoras.

En vez de “Ocuparnos” de lo que tenemos que hacer,  nos “Preocupamos” como un tocadiscos rayado.

Si odiamos a las personas que nos machacan con la misma cantinela día tras día, ¿ cómo nos vamos a gustar a nosotros?

La consecuencia devastadora es que bloqueamos la mejor fuente de inspiración que existe: nosotros. La inundamos de morralla y nos vemos abocados a buscar  las ideas fuera: imitando, copiando haciendo lo mismo que la masa..  

¿Cómo callo mi discurso?

Dite las cosas solo una vez, planea su solución y apártala. Engancha luego tu mente a algo exterior o a un mantra interno poniéndole siempre imágenes. Hay que tapar con silicona todos los resquicios por los que se cuelan las preocupaciones.  La silicona son las imágenes.

            Ejemplo: Anclo mis ojos en el paisaje, observo el entorno, la expresión de la gente, o miro las copas de los árboles, el cielo…

            Si prefiero la inmersión interior: - puedo por ejemplo rezar pero siempre proyectando imágenes a la oración, para bloquear al runruneo; - puedo repetir un mantra que coincida con un sueño o una meta, en cuyo caso le pongo las imágenes de su realización; - o simplemente puedo respirar, como en nuestro Walden Running, para ello sigo el recorrido del oxígeno por sus canales y si soy creativo, le añado la imagen del fuego que enciende al acariciar cada célula.  

            ¿Qué ocurre después? La consecuencia devastadora desaparece:

            Se abre la caja de Pandora donde estaba atrapada nuestra creatividad. La encerramos allí el día que crecimos y asumimos responsabilidades. Se libera la inspiración, censurada durante tantos años y sale despedida como un tsunami inundando tu mente.

 

            Ejercítalo en el Running. La teoría nos la sabemos casi todos pero busca una actividad diaria para iniciarte, hasta que crees un hábito automatizado.

Ancla tu mente en la respiración y fija tus ojos en el paisaje. Obsérvalo y no dejes de proyectar imágenes de runners famosos, familiares queridos, de tribus de Kennyatas, linces, gacelas o pajaritos corriendo a tu lado. Móntate en las alas de un águila si prefieres ayuda. Cambia el escenario si no te gusta el que ves, pon un atardecer con una puesta de sol, un cielo lleno de estrellas si adoras la noche o el desierto en Jordania. Modifica el terreno y siente que corres, como un intermediario entre el cielo y la tierra.

            Nuestra mente está cubierta por una malla con millones de resquicios. Cúbrelos con una película impermeable llena de escenas. Sitúa una imagen en cada poro para que no acceda nada a ella.

            Os reto a descubrir el resultado.

Pilar Amián

Cofundadora del Walden Running

Os esperamos en Walden, el Retiro o Majadahonda y este verano os acompaño al faro de Cabo de Palos.

Pamian@metodowalden.com

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