viernes, 8 de junio de 2018


El reto de hoy: Antes de Reaccionar, Respira profundamente.
 

Los chicos nos comentan muchas veces que se quedan sin aire al trotar. No logran adoptar la cadencia que les proponemos de tres o incluso de cuatro golpes en los momentos de mayor exigencia de oxígeno: al acelerar y al subir cuestas.

Se desfondan.

Ayer salí a trotar para comprobar exactamente qué es lo que podían estar haciendo mal y lo entendí. Incluso me di cuenta de que en nuestra vida nos pasa lo mismo en los momentos de estrés y ansiedad.

En determinadas ocasiones nos enfrentamos con grandes retos: ya sea porque nos acaloramos en una discusión, porque nos estresamos al deber resolver varias cosas en corto espacio de tiempo o porque queremos correr más allá del ritmo acostumbrado.

¿Cómo afrontamos físicamente estas situaciones?

Respirando más rápido pero menos profundamente.

Nuestra intuición nos indica correctamente que necesitamos más ATP, energía. Procedemos a inhalar más oxígeno para producir más combustión. No obstante, nuestra falta de concentración en el proceso hace que dejemos el aire a medio camino, impidiendo que éste llegue a todas las células del cuerpo.

Así perdemos una tercera parte del oxígeno que recibimos. Acabamos jadeando como los perro y nos agotamos física y mentalmente.

El resultado: En el running nos desfondamos y en nuestras actividades exigentes perdemos la batalla.

Mi abuela, pionera en el mundo del Mindfulness, me decía: “Hija antes de actuar, respira profundamente y verás cómo así controlas la situación. Nuestro sabio refranero dice: “Vísteme despacio que tengo prisa.”

Volvemos al Control Consciente, en este caso de la primera disciplina del Método Walden: la respiración.

Si estás corriendo, controla el aire, agárralo, moldéalo con las cuerdas vocales como si fueras un barítono o una soprano. Una vez que le has dado forma al primer golpe, no sueltes mantenlo y dirígelo al abdomen. Ve a por el segundo golpe de inhalación y de nuevo lo empujas hasta la zona imfraumbilical y finalmente el último lo desplomas.

En el resto de tus afrentas personales, haz lo mismo, pero en una sola inhalación larga y profunda. Siente como se hincha tu abdomen con cada una de ellas.

El resultado físico y psico-somático:

Tu cuerpo se relaja deteniendo el tsunami de cortisol y adrenalina sobre el flujo sanguíneo que aniquila nuestra capacidad de reacción.

Entras en Control de la situación (Control Consciente), se amplía tu campo de visión, te transformas en un ser objetivo con todas las cartas de la baraja destapadas frente a ti.

Ahora decides tú, no ese pequeño demonio traicionero que llevamos dentro y nos empuja a hacer y/o decir cosas que no queremos.

¿Quieres ser tú siempre el que decida?

Os ruego que hagáis la prueba  sólo una vez. Os reto a contarme el resultado.

Es el C.C. de la respiración, la primera disciplina del Método Walden.

Pilar Amián

Cofundadora del Método Walden

pamian@metodowalden.com

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