El reto de hoy: Antes de Reaccionar, Respira
profundamente.
Los chicos nos comentan muchas veces que se quedan
sin aire al trotar. No logran adoptar la cadencia que les proponemos de tres o
incluso de cuatro golpes en los momentos de mayor exigencia de oxígeno: al
acelerar y al subir cuestas.
Se desfondan.
Ayer salí a trotar para comprobar exactamente qué
es lo que podían estar haciendo mal y lo entendí. Incluso me di cuenta de que
en nuestra vida nos pasa lo mismo en los momentos de estrés y ansiedad.
En determinadas ocasiones nos enfrentamos con grandes
retos: ya sea porque nos acaloramos en una discusión, porque nos estresamos al
deber resolver varias cosas en corto espacio de tiempo o porque queremos correr
más allá del ritmo acostumbrado.
¿Cómo afrontamos físicamente estas situaciones?
Respirando más rápido pero menos profundamente.
Nuestra intuición nos indica correctamente que
necesitamos más ATP, energía. Procedemos a inhalar más oxígeno para producir
más combustión. No obstante, nuestra falta de concentración en el proceso hace
que dejemos el aire a medio camino, impidiendo que éste llegue a todas las
células del cuerpo.
Así perdemos una tercera parte del oxígeno que
recibimos. Acabamos jadeando como los perro y nos agotamos física y mentalmente.
El resultado: En el running nos desfondamos y en nuestras actividades exigentes
perdemos la batalla.
Mi abuela, pionera en el mundo del Mindfulness, me decía: “Hija antes de
actuar, respira profundamente y verás cómo así controlas la situación. Nuestro
sabio refranero dice: “Vísteme despacio que tengo prisa.”
Volvemos al Control Consciente, en este caso de la
primera disciplina del Método Walden: la respiración.
Si estás corriendo, controla el aire, agárralo, moldéalo
con las cuerdas vocales como si fueras un barítono o una soprano. Una vez que
le has dado forma al primer golpe, no sueltes mantenlo y dirígelo al abdomen.
Ve a por el segundo golpe de inhalación y de nuevo lo empujas hasta la zona
imfraumbilical y finalmente el último lo desplomas.
En el resto de tus afrentas personales, haz lo
mismo, pero en una sola inhalación larga y profunda. Siente como se hincha tu
abdomen con cada una de ellas.
El resultado físico y psico-somático:
Tu cuerpo se relaja deteniendo el tsunami de
cortisol y adrenalina sobre el flujo sanguíneo que aniquila nuestra capacidad
de reacción.
Entras en Control de la situación (Control
Consciente), se amplía tu campo de visión, te transformas en un ser objetivo
con todas las cartas de la baraja destapadas frente a ti.
Ahora decides tú, no ese pequeño demonio
traicionero que llevamos dentro y nos empuja a hacer y/o decir cosas que no
queremos.
¿Quieres ser tú siempre el que decida?
Os ruego que hagáis la prueba sólo una vez. Os reto a contarme el resultado.
Es el C.C. de la respiración, la primera
disciplina del Método Walden.
Pilar Amián
Cofundadora del Método Walden
pamian@metodowalden.com
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