El Reto
de Hoy: Puedo no tener razón.
Defendemos
contra viento y marea todo aquello que adoptamos, aunque lo hayamos cogido al
vuelo y por casualidad. Le colocamos el “Mi” delante, lo anclamos en nuestro
cerebro y si nos lo cuestionan peleamos por ello como gato panza arriba
Mi casa, mi colegio, mis hijos, mis
opiniones, mi dieta, mi juicio y mis elecciones se transforman en dogmas de fe
que nadie jamás puede cuestionar, aunque sus razones sean mil veces más
auténticas que las nuestras.
Este determinante posesivo le otorga
el calificativo para siempre de “lo mejor”.
De cualquier forma, jamás podremos
saber si son mejores o no porque desde el momento en alguien amenaza nuestra
posición, bloqueamos el canal de recepción de información y abrimos el canal de
búsqueda de justificaciones extremas sobre nuestra postura.
Yo
me propongo retos pequeños que comparto
con vosotros casi cada día, pero el que gobierna todos y cada uno de ellos es
el de “aprovechar la mínima oportunidad para aprender de los demás.” Si me
cierro a otras razones, pierdo mi cruzada.
Mi temperamento, pasión y
probablemente soberbia, me llevaron durante muchos años a cometer ese tremendo
error. Me enzarzaba en largas discusiones tratando de cambiar la opinión del
contrario y defendiendo apasionadamente la mía. El resultado final siempre era
el mismo, ni convencía al otro ni sacaba el menor provecho de ese tiempo
invertido más allá del consumo de adrenalina.
El Walden Running, sorprendentemente
me ha ensañado esto.
Recuerdo en los comienzos del Walden
Running cuando Raúl me cuestionaba algunos de mis dogmas de fe sobre la zancada
o la cadencia de la respiración en las cuestas, por ejemplo, me sentía atacada
en mi posición. Yo ni siquiera le escuchaba.
No obstante, se enfrentaron dos
fuerzas muy potentes: una mi pasión por el running y nuestro proyecto Walden;
otra, mi soberbia por defender mis opiniones.
El amor siempre gana la batalla.
Una madrugada, en silencio por no reconocérselo
a Raúl, salí a probar su teoría.
Bingo, él tenía razón. El Método
Walden creció, yo crecí y descubrí lo maravilloso que es nutrirte de los
conocimientos y opiniones de aquellos que nos rodean. Aprendí que “puedo no tener
razón” y lo más duro: “reconocérselo a los demás, en este caso Raúl.”
¿Pero por otro lado, no es
fantástico estar con gente que piense de otra manera?
Cito a Dale Carnegie en su libro How
to win friends and influence people”-: Cuando dos líderes piensan igual, uno
sobra. (Warren Buffet dijo que este libro escrito en 1.936 le cambió la vida,
os lo recomiendo)
Probad a escuchar atentamente antes
de saltar, olvidaros de vuestros juicios, meteros en la piel del otro,
cuestionaros vuestras opiniones y si no os convencen, mantened las vuestras.
Yo debo confesar, que siempre,
absolutamente siempre, mis opiniones se han visto enriquecidas por las de los
demás, aunque no las adoptara al final.
cofundadora del Método Walden.
Os esperamos los jueves en el Retiro
pamian@metodowalden.com
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