RETO 37.- EL MOMENTO DEL AHORA
Muchos os habréis leído el libro de Ekhart Tolle “El poder del Ahora” pues quiero que trasladéis este poder al running, concretamente a vuestros pies.
Olvidaos del camino que hay delante de vosotros, no os interesan los cien metros que se extienden más allá de los ojos. Concentraos sólo en el terreno que está bajo vuestros pies, ahí debéis poner vuestra intención, ese es el Ahora. Desparecerá con ello la ansiedad y la preocupación por el mañana, eso Dios lo dirá.
La pisada debe caer debajo de vuestro centro de gravedad, esto es, trazamos una línea recta desde el coxis hasta el suelo y ahí se posan. La sensación durante la carrera sería como si pisáramos detrás del cuerpo. El efecto se acentúa si vamos un poco inclinados al acelerar, avanzamos pateando un muro imaginario de aire que hubiera a nuestra espalda.
¿Qué parte del cuerpo avanza primero?
Las caderas son los zapadores, anticipan el movimiento, después sigue la tropa, nuestros pies, que se dejan caer hacia atrás.
No cometáis el error de lanzar primero los pies sin que los zapadores hayan tanteado el terreno. El esfuerzo sería sublime pues se delegaría a las pobres piernas que sólo son los flancos no la fuerza de ataque. Aún así la mayoría avanza lanzando la pierna primero, observadlos.
En resumen, el Ahora es lo único que importa, está justo debajo de vuestros pies, debéis acariciarlo empujándolo hacia detrás de modo que el futuro llegue solito cuando tenga que llegar.
Veréis como fluye el paisaje conforme vais trotando de esta manera como si pasaran las escenas delante de vuestros ojos sin vuestra colaboración.
Os sugiero un experimento: Salid mañana a correr, a los 10 minutos probar, mientras pisáis el ahora, a girar la cabeza hacia la derecha o la izquierda, dejar la mirada un rato en ese lado.
Os reto a que me contéis si el “bufff cuanto me queda y que poco avanzo” se convierte en un “es increíble, parece que pasan rapidísimo la farola, el edificio o el árbol”.
Girando la cabeza, eliminas la ansiedad por el futuro y colocas tu mente sólo en aquello que te acompaña cada segundo. Entonces aprecias que efímero es todo, dan ganas de parar y agarrar el tiempo.
En las cuestas insiste y arrastra el suelo con más ímpetu hacia atrás en lugar de caer en la tentación de embestir con la cabeza inclinando el cuerpo hacia delante.
Cuando estoy cansada o siento el cuerpo pesado como el plomo, me monto en el Ahora y cojo su Poder. Me hablo (porque yo me consuelo mucho, os animo a hacerlo) y me digo: “Pilar no importa si no llegas hoy al final, ni si vas lenta, céntrate en arrastrar el suelo hacia atrás, deja que el árbol siguiente venga sólo.”
Pilar Amián
Fundadora del Método Walden.
Muchos os habréis leído el libro de Ekhart Tolle “El poder del Ahora” pues quiero que trasladéis este poder al running, concretamente a vuestros pies.
Olvidaos del camino que hay delante de vosotros, no os interesan los cien metros que se extienden más allá de los ojos. Concentraos sólo en el terreno que está bajo vuestros pies, ahí debéis poner vuestra intención, ese es el Ahora. Desparecerá con ello la ansiedad y la preocupación por el mañana, eso Dios lo dirá.
La pisada debe caer debajo de vuestro centro de gravedad, esto es, trazamos una línea recta desde el coxis hasta el suelo y ahí se posan. La sensación durante la carrera sería como si pisáramos detrás del cuerpo. El efecto se acentúa si vamos un poco inclinados al acelerar, avanzamos pateando un muro imaginario de aire que hubiera a nuestra espalda.
¿Qué parte del cuerpo avanza primero?
Las caderas son los zapadores, anticipan el movimiento, después sigue la tropa, nuestros pies, que se dejan caer hacia atrás.
No cometáis el error de lanzar primero los pies sin que los zapadores hayan tanteado el terreno. El esfuerzo sería sublime pues se delegaría a las pobres piernas que sólo son los flancos no la fuerza de ataque. Aún así la mayoría avanza lanzando la pierna primero, observadlos.
En resumen, el Ahora es lo único que importa, está justo debajo de vuestros pies, debéis acariciarlo empujándolo hacia detrás de modo que el futuro llegue solito cuando tenga que llegar.
Veréis como fluye el paisaje conforme vais trotando de esta manera como si pasaran las escenas delante de vuestros ojos sin vuestra colaboración.
Os sugiero un experimento: Salid mañana a correr, a los 10 minutos probar, mientras pisáis el ahora, a girar la cabeza hacia la derecha o la izquierda, dejar la mirada un rato en ese lado.
Os reto a que me contéis si el “bufff cuanto me queda y que poco avanzo” se convierte en un “es increíble, parece que pasan rapidísimo la farola, el edificio o el árbol”.
Girando la cabeza, eliminas la ansiedad por el futuro y colocas tu mente sólo en aquello que te acompaña cada segundo. Entonces aprecias que efímero es todo, dan ganas de parar y agarrar el tiempo.
En las cuestas insiste y arrastra el suelo con más ímpetu hacia atrás en lugar de caer en la tentación de embestir con la cabeza inclinando el cuerpo hacia delante.
Cuando estoy cansada o siento el cuerpo pesado como el plomo, me monto en el Ahora y cojo su Poder. Me hablo (porque yo me consuelo mucho, os animo a hacerlo) y me digo: “Pilar no importa si no llegas hoy al final, ni si vas lenta, céntrate en arrastrar el suelo hacia atrás, deja que el árbol siguiente venga sólo.”
Pilar Amián
Fundadora del Método Walden.
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