sábado, 1 de julio de 2017

CORRER PASADOS LOS SESENTA
La vida no se detiene un día.
No nos sentamos de repente en un peldaño de la escalera, nos damos la vuelta, nos apoyamos en los codos y dejamos de subir.
Ese momento jamás tenemos que asumirlo.

Podremos reducir el ritmo de nuestros pasos, subir despacito o tener periodos de reposo y recuperación, pero nuestros OJOS siempre tienen que seguir mirando hacia arriba, buscando nuevos retos y abriendo nuevos senderos.
No dejes que te frenen los comentarios de tus amigos o de tu familia. Los estereotipos o el comportamiento normal de las masas no necesariamente tienen que ser los mejores. La medida para saber si algo es bueno o malo no lo marca la estadística de quien lo ejecuta, sino un valor “absoluto”. Lo que es sano lo determina nuestra naturaleza, aunque sólo unos pocos lo sigan.
            Somos agua en un 65% más o menos y el agua que no se mueve, se estanca, se pudre se contamina. Si no me muevo (mente y cuerpo) enfermo o me muero.
            Al cumplir años seguimos siendo agua en el mismo porcentaje y debemos seguir moviéndola.
Es fascinante ver cómo en otros países han entendido esto y la gente no deja de moverse por cumplir años. En las carreras en las que he participado fuera de España, me sorprendo todavía al cruzarme con #runners de 70, 80 e incluso 90 años trotando, a su ritmo, pero sin parar.
En una media en Berlín, me pareció precioso ver a una pareja de unos 75-80 años, trotando despacito, juntos, con una sonrisa y hablando sin parar mientras cruzábamos la puerta de Brandenburgo.
            SE MIDE LA EDAD BIOLÓGICA de una persona por la VELOCIDAD de sus pasos.
Hay ancianos con 82 años que apenas pueden dar un paso y otros que me dejan atrás.
            ¿PORQUÉ?
En un alto porcentaje porque aquellos últimos nunca dejaron de moverse.

            NUNCA, NUNCA Y NUNCA ES TARDE PARA EMPEZAR

No importa que jamás hayas corrido y tengas ya 64 años. Hay muchísimos casos de corredores que completan maratones con 78 años u 80 años y les he oído decir “”uyyyy empecé a correr hace un montón, por lo menos, por lo menos hace 15 años!!!!”
            Hace 15 años!!!! Empezaron con 65.
            Es muy fuerte (diría mi hijo)
No hace falta querer hacer un maratón.
Sólo tienes que moverte, prueba lo sencillo que es andar cuatro minutos y luego unos segundos dar el saltito. Un saltito ligero, casi como hacer marcha.
Es simplemente perderle el MIEDO al salto. Volver a sentirte como cuando eras niño/a y saltabas a la comba. Tres segundos y volvemos al paso.
            Tu cuerpo de repente empieza a recuperar el recuerdo, el agua empieza a moverse y a viciarse con las ganas. Las telarañas de la inactividad se desprenden como el polvo al sacudirlo.
            La sangre cargada de oxígeno vuelve a llegar a las articulaciones, a las extremidades y a la zona más alejada del cerebro (neocortex) y con ella los factores antiinflamatorios van barriendo como escobas las toxinas y los dolores. Alejamos el fantasma del alzheimer, la artritis, la artrosis…..
            Empiezas a oxigenar tanto el cuerpo como el cerebro y el “alma” y tus ojos “libres de telarañas” vuelven a mirar hacia arriba con ganas de volver a subir esos peldaños que habíamos dejado por “imposibles”

            Nuestra vida no es ya sentarnos a ver pasar los días como en el cine, tenemos una experiencia acumulada, unos conocimientos adquiridos y una sabiduría que hay que proyectar sobre el mundo.
Tenemos una FUNCIÓN que cumplir.
Podemos CREAR.
            Pero para eso es necesario tener SALUD.
La salud no es sinónimo de “no estar enfermo”, es estar fuertes y con ganas, no conformarnos con los achaques, hay que luchar, en nuestra mano hay un 70% de responsabilidad sobre nuestro estado físico.
            JUEGA con eso.
            No esperes a que los demás te arreglen con paliativos temporales que no son más que un lavado de cara.
            Trabaja desde dentro tu estado, suavemente, despacio, moviendo aquello que como un río, está diseñado para fluir.

            APÚNTATE A ESTE #RUNNING-#MEDITACIÓN.
            Inténtalo. Todos han podido, tú también.
            Escucho vuestra respiración, os enseño a avanzar y os paro cuando os agitáis levemente. Al final tú mism@ decides, porque tu cuerpo te lo pide, cuando das el saltito y cuando paras.
            Y por el camino aprendes a respirar, a controlar el estrés, a bailar, a eliminar la negatividad, a SORPRENDER  a vuestro entorno (la abuela correeee!!!) a dar EJEMPLO
            tener ESPERANZA e ILUSIÓN y a comunicarla.

Este SÁBADO empezamos. TALLER para mayores de 60.
Preparándonos para que este verano podáis probar en la playa este cambio y empezar a sorprender al mundo.
Pilar Amián
Lead Trainer Método Walden para el Running
 
           





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