LA NUEVA REVOLUCIÓN DEL SIGLO XXI. LA DEL INDIVIDUO
Súbete
al RUNNING y cámbialo.
Esta
mañana, último sábado del mes de abril, he salido a correr con mi grupo de
running los 17 kilómetros que teníamos programados. Es un placer disfrutar de
su compañía por dos razones, -la primera, porque la carrera se ameniza mientras
aprendo con las experiencias que cada uno aporta sobre todo tipo de temas de
actualidad; - y la segunda, (aquí peco de vanidad) porque me fascina ver como “mis
chicos” (a quienes hace ya tres años les enseñé otra forma de running) ahora
corren más y mejor que yo.
Hoy
trotaba bajo la lluvia junto a Mayte, una gran profesional del BBVA y experta
en el mundo de la formación e intercambiábamos nuestras impresiones sobre los
últimos “Ted talks”, libros, y artículos que nos habíamos leído sobre las
“start ups”, los nuevos emprendedores y las cualidades que tienen los líderes.
A ambas nos apasiona aprender y bucear buscando lo último que se está haciendo
desde el punto de vista de la formación y de la superación personal.
Empezamos
hablando del fantástico documental que vi el otro día “¿por qué Occidente está donde está y sin
embargo Oriente se ancló cuando hace unos quinientos años nos superaba en todos
los ámbitos, incluida la higiene de sus ciudades? (Civilization. The West and
the rest. Niall Ferguson). Lo recomiendo.
LA COMPETENCIA es una de las respuestas,
ésta les lleva a la necesidad de SUPERACIÓN.
EL MIEDO
Mayte
me planteó su teoría y sus inquietudes respecto a esta nueva era que estamos
viviendo acosados por tanta información. Vivimos en un estado de ansiedad
continuo provocado por la obsesión por asistir a todo tipo de formaciones, leer
mil artículos, seguir lo que se está cociendo en las redes sociales y leer la
prensa de todo el mundo, más las
obligaciones que nuestra rutina diaria implican de por si. Tenemos la sensación
de que si un día nos dormimos el mundo pasará por encima de nosotros y ya nunca
seremos capaces de pillarlo.
Todas
las opciones que tenemos delante nos asustan por un lado y por otro nos
encienden nuestro corazón con la chispa de “hacer algo más, moverme o incluso
ganas de volar”. Sentimos que nuestra
zona de confort está continuamente amenazada por tanto estímulo y nuestra
mente, a veces, se rebela lanzándonos mensajes de “no llego”, “debería
reciclarme” o “¿y si me quedo fuera del mercado laboral?”. Nadamos entre dos aguas, unos días, son
turbulentas y nos vapulean de una orilla a otra, y otras, buscamos la seguridad
que proporciona la calma del lago.
Es el
siglo del desconcierto, lo que antes valía para nuestros padres ya no sirve.
Las normas escritas que se aplicaban “porque sí”, porque siempre se ha hecho así,
ahora se tienen que justificar. Los niños tienen Google, los pacientes también.
Todo se cuestiona.
Y por
todo esto, mi compañera de running, concluía, vamos a PINCHAR. Todos vamos a
estallar por algún lado. El ESTRÉS que esto lleva aparejado, va a acabar con
nosotros. El mundo debe despertar y parar este ciclo.
¡NO ESTOY DE ACUERDO!!!!!!!!!!!!
El RUNNING me ha enseñado a ver todo lo anterior con FASCINACIÓN, con
ESPERANZA y lo más importante con RENUNCIA.
El mundo está cambiando, es la
NUEVA REVOLUCIÓN, la del individuo. Hemos pasado de la revolución industrial a
la social terminando en la tecnológica.
Ahora
es NUESTRA REVOLUCIÓN, LA DEL SER, LA DE
NUESTRO CEREBRO.
La
selección natural hará que los que no la aborden desde la perspectiva adecuada,
efectivamente PINCHARÁN, desbordados por el cortisol (la hormona del estrés)
que bloquea cualquier proceso creativo y machaca físicamente el cuerpo, lo
enferma.
Los que sepan aprovechar el mundo
“acosado” de oportunidades en el que vivimos, sacarán de dentro de sí TODO UN
PONTENCIAL creativo fabuloso. Iniciarán un proceso de cambio no sólo espiritual
sino a su vez físico, que abarca la “neurogénesis”. Provocará el nacimiento de
nuevas neuronas y nuevas conexiones entre las existentes, es decir, un NUEVO
PROCESO DE CRECIMIENTO PERSONAL, que se transmitirá a nuestros descendientes.
La revolución de este siglo.
TODOS PODEMOS SUMARNOS A ESTE TREN.
Sólo hay que
aprender a tirar la toalla y dejar hacer.
Tremenda
paradoja, para ser capaz de cambiar algo, hay que aceptar que empezar asumiendo
que si no llego NO PASA NADA.
Es así de fácil y esto me lo ha
enseñado una FORMA DIFERENTE DE RUNNING
(MEDITACIÓN PLUS RUNNING) y por eso “quiero que todos corran” (Ver
FACEBOOK , Método Walden “porque quiero que corras)
-
El running, te entrena la DISCIPLINA. Todo programa
de formación o coaching ( que nos acosan) deberían ir acompañados de un
capítulo sobre incentivación a la práctica de un deporte, una rutina. Te enseña
a construir rutinas, caminos, que se graban en el cerebro, caminos vacíos en
teoría, pero caminos de actuación al fin y al cabo. Es como el ingeniero que
diseña el trazado de la carretera, los puentes y las líneas del arcén, para
que, una vez terminada ya puedan los coches (las ideas, los proyectos) circular
por ellas. Sin caminos no se puede avanzar.
El running te construye el camino para que puedas empezar a trotar aunque
sea a ciegas porque lo importante es dar el primer paso,( ponerse las
zapatillas), la idea no tiene por qué estar dibujada todavía, surge al andar.
-
El running te enseña que lo importante es la
CONSTANCIA. No importa hacerlo perfecto, ni saber todas las reglas, ni llevar
un ritmo elevado o llegar el primero. Lo importante es hacerlo. Nos
obsesionamos con estar perfectamente preparados o formados, con querer ser los
mejores o tener todos los masters o títulos existentes en el mercado antes de
lanzarnos con nuestro proyecto, sin saber que eso no es trascendente. Lo
determinante es hacer las cosas, bien o mal pero hacerlas. Si nos salen mal,
mejor, más aprenderemos. Las preguntas
que fallé en mis exámenes de la universidad no sé me han olvidado jamás. Las
que acerté, a la semana se borraron de mi mente.
-
Este nuevo running te trasmite que hay que DISFRUTAR
EL PROCESO en vez de concentrarse el RESULTADO (las calorías que quiero quemar
hoy o la velocidad que quiero llevar). Aprender nuevas cosas o recibir ideas diferentes
es lo mismo. No hay que obsesionarse con el rendimiento que le voy a sacar a
los conocimientos o la aplicación que les voy a dar. Eso llegará
misteriosamente.
Contestaba
un profesor oriental a su alumno al preguntarle éste “¿maestro cuantos años voy
a tardar en terminar mis estudios?” -Cinco. ¿Y si estudio 8 horas diarias en
lugar de cuatro? – Siete. ¿Y si estudio día y noche? – Diez. ¿Cómo es posible? Volvió a preguntar el alumno sorprendido. –
Porque si focalizas todo tu esfuerzo en el resultado, no te quedarán energías ni
tiempo para aprender.
-
El running me ha enseñado a rebajar el ESTRÉS,
incluso a hacerlo desaparecer. Dirigir los pensamientos a la respiración, a
contar las inhalaciones o exhalaciones, a observar el recorrido del oxígeno por
mi cuerpo y el efecto que produce en mis músculos y en mis órganos, hace que
éstos se vayan desplomando poco a poco y que mi mente se olvide de áquello que
le presionaba. Dejas ir todo y lo observas descargado de la energía que los
hacía fuertes y dominantes.
-
Y lo mejor de todo, a aceptar que NO PASA NADA. Si no hago nada, no pasa nada. Son fundamentales los
días de NO HACER NADA. En esos momentos es cuando suceden los acontecimientos
más decisivos de la vida, son los períodos de cambio. El cuerpo y el cerebro
asimilan todo lo que consciente e inconscientemente hemos ido absorbiendo. Los
días que no salimos a correr el cuerpo los necesita para remodelarse, para adaptarse
a las nuevas necesidades que le estás exigiendo. Los músculos que has destruido
se TRANSFORMAN X, se potencian las fibras de contracción lenta o rápida, según
los estímulos que le has ido aportando. Si no tuviéramos esos días jamás
asimilarían el entrenamiento, se irían deteriorando cada vez más y todo el
esfuerzo habría sido en vano.
Lo mismo pasa con el cerebro (es
un músculo también), necesita esos periodos para procesar la información que le
vamos introduciendo, de este modo, mientras lo dejas descansar, enlaza ideas,
une conocimientos y conecta estímulos para resurgir del letargo con un PRODUCTO
NUEVO. Es como el yogur, pones los ingredientes adecuados, lo tapas para que no
entre nada que lo corte (como el estrés) y lo dejas reposar. A la mañana siguiente
ha fermentado solito, mientras dormías.
LA ESPERANZA Y LA ILUSIÓN.
Modifica tu forma de aproximarte
a este siglo.
Súbete al tren del cambio y de la
aventura y déjate arrastrar por él. Disfruta recibiendo todo lo que te ofrecen
las nuevas tecnologías y los nuevos descubrimientos, bebe el agua cargada de
criptonita que te ofrece. Asómate fuera de tu zona y observa.
Hazlo sin importarte si retienes
o no, sin obsesionarte con el “para que me sirve o si seré capaz de absorber
algo”. Simplemente abre los ojos y los oídos, sin correr, entrará todo como por
ósmosis.
Es la era del GRANITO DE ARENA,
del individuo, tienes que centrarte en lo que tú, no la sociedad, puedes
aportar. Céntrate en cultivar tus valores y en crecer por dentro. Olvídate de
los demás y de su aprobación, busca la tuya.
Líbérate de cualquier presión,
sólo tú opinión importa y NO HACER NADA ( a veces) te lo mereces, lo necesitas
y (mucho más) es BUENO Y “PRODUCTIVO”. Si no llego, no PASA NADA insisto ¿Para qué criterios no llegas?
¿Para los de la sociedad, para los de tu familia? No llegar es perfecto, seguro
que, gracias a no llegar, descubres otro camino donde si llegas.
Recuerda que incluso en los
momentos en los que están en “off” tu cerebro está procesando.
Tú único enemigo es el estrés,
eres tú con tu alto nivel de exigencia. El cortisol inhibe tanto la
recuperación muscular como el proceso creativo. Trázate un camino, como el ingeniero, no “una
exigencia”, no “un resultado”.
Deja a la magia que
haga el resto.
Es APASIONANTE la fuerza y el
poder que esta revolución nos puede aportar. En el momento en que nos
reconozcamos FUERTES, capaces y creativos, destruiremos el CONFORMISMO del que
estamos inyectados y que hace que toleremos lo intolerable de la “sociedad”. La sociedad es así, tiene su defectos, sus
corrupciones, sus debilidades.
NOOOO, la
sociedad está formada por individuos con poder, con facultad de cambio, con un
cerebro que renace, cambia y que está descubriendo que puede exigir intentar
obtener lo “ideal”. Porque la sociedad no es un ente con
personalidad propia, es un uno más uno más uno. Somos todos.
¿POR DONDE EMPIEZO?
En tu casa, contigo, con tus hijos
(te acabarán imitando), con tus amigos. Los cambios comienzan en nuestro
entorno.
Ponte metas a corto a medio y a largo plazo. Retos pequeños y
fáciles de cumplir, empieza con unos que sean muy muy sencillos. Cada mañana
antes de levantarte piensa en algo agradable que eras ese día, lo primero
saborear el café más rico del mundo (prueba a ponerlo cardamomo y canela).
Cambia pequeños detalles y prueba nuevas cosas. Y aprovecha el tiempo incluso
el perdido, que sea perdido de verdad en vez de invertido en envenenar o borrar
lo que ya he logrado. Construye rutinas nuevas, como el RUNNING o la lectura, o
aprender un idioma
El cerebro se entrena como el bíceps,
no le exijas demasiado de golpe porque se lesionará. Coge una pesa pequeña al
principio y haz pequeñas series, y poco a poco ve subiendo el nivel de
exigencia.
En este siglo con la “revolución
del cerebro” no será ni la sociedad ni el estado quien transforme el mundo,
sino el individuo con su GRANITO DE ARENA
Súbete el RUNNING y sal a la
calle a iniciar una nueva revolución francesa
Pilar Amián
Lead Trainer del Método Walden
para el Running (696576050)
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