Los
kenyatas cuando corren están en trance. Ni ven ni oyen ni sienten el mundo
exterior, se desconectan y conectan a
sus sensaciones internas. Visualizan los campos energéticos de su cuerpo, las
zonas calientes, la armonía de sus músculos, escuchan su corazón, sus latidos,
su respiración, sus pisadas…sienten el movimiento (ton…ton… ton…) , la realidad
material exterior apenas existe, es un murmullo, una música de fondo que los
envuelve.
Y
todo esto lo hacen de forma inconsciente.
Nosotros, sin embargo, tenemos
que REAPRENDERLO y volver a grabar en nuestra mente que el “running” es una NECESIDAD
de nuestro cuerpo.
Es
el único momento del día en que tenemos la oportunidad de dejar salir a nuestro
espíritu de la caja fuerte donde lo tenemos encerrado, volar libremente y hacer
de las suyas, esto es “llenarnos de GANAS DE VIVIR”.
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