Volviendo de estas cortas
vacaciones, arrastrando la pereza de la vuelta al día a día, cubiertos todavía
por el polvo de la ociosidad, apenas encontramos fuerzas para retomar nuestra
rutina.
Para superar este pequeño
obstáculo, saco mis zapatillas y en la quietud de la ciudad de madrugada, como si de un decorado se tratara, pateando su
asfalto, sin gente, sin ruido, oigo mi respiración y paso a paso mi espíritu va
recuperando la alegría y la vitalidad mientras Madrid despierta.
Porque el RUNNING NO es una META en
sí, ni un objetivo, sino el TREN al que nos subimos para recargamos de: ENERGÍA, GASOLINA, GANAS, RESOLUCIÓN
CONSTANCIA, TESÓN, CLARIVIDENCIA, y con
todo eso conseguir nuestras metas.
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