LA FASE DEL TIGRE.
Cuenta la tradición tibetana que en la meditación existen cuatro fases:
TIGRE, LEÓN, GARUDA y DRAGÓN.
Son cuatro pasos de progreso espiritual hacia la iluminación.
Sakyong Mipham (lama y corredor de maratones, fundador de varios centros donde el running y la meditación van de la mano) considera que en el entrenamiento del RUNNING debemos atravesar las mismas fases.
En la fase del TIGRE nos centramos en entrenar la respiración, la postura y la delicadeza.
a) La respiración.
Igual que en la meditación, nos concentramos en respirar. Focalizamos nuestra mente en seguir el recorrido del oxígeno por el interior de nuestro cuerpo y en su salida a través de la boca.
b) La postura.
Erguida conectando desde el ombligo con el eje central hasta la boca y nuestros ojos relajados
Sentimos la colocación de los PIES. Observamos como acarician el suelo mientras los dejo caer suavemente.
c) La delicadeza. JUST DO IT.
Debemos aproximarnos a este proceso de crecimiento con delicadeza, poco a poco, sin prisas, sin abrumarnos. La delicadeza es como el agua, siempre llega a su destino. La agresividad es como el fuego, surge con rápidez pero luego desaparece. El 70% de nuestro cuerpo es agua tenemos delicadeza de forma natural.
En esta fase aprendemos a movernos como la hierba meciéndose en el viento.
Las aves se dejan llevar, despliegan sus alas y el viento les mueve.
Nosotros debemos hacer como las aves. Vaciamos la mente para que no nos frene y nos dejamos llevar por la energía (qi) que fluye a través de mi cuerpo con una buena postura que no la ahogue haciéndome descender.
El viento es a las aves lo que el Chi a nosotros.
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