LA FASE DEL LEON.
LA IDENTIDAD IMPOSTORA.
Superada la fase del tigre a través del control de la
respiración y la atención plena en la pisada empezamos a disfrutar del running,
de nuestro cuerpo y de nuestro verdadero yo.
Vivimos identificados con nuestra” IDENTIDAD IMPOSTORA “aquélla
que pretende que la tomemos por quienes somos en realidad, y que coge las
riendas de nuestras emociones para controlar nuestra percepción de la realidad”
Consigue que tengamos las evidencias que ella necesita que tengamos para poder
mantenerse en su lugar. (Mario Alonso Puig)
“Si las puertas de nuestra percepción fueran limpiadas, la
realidad aparecería como es, infinita” (William Blake)
En la FASE DEL LEÓN aprendemos a movernos en el plano
de lo que “realmente es”, a desenmascarar a nuestra verdadera identidad que es
la que “lo puede todo”, aprendemos a percibir y sentir.
Manejando estas tres herramientas:
1.- LA
ATENCIÓN PLENA.
Aprendemos a fijarnos en lo que me motiva, en
lo que me gusta, lleno mi mente de esto y así no hay espacio para aquello que
me disgusta. Me empiezo a fijar en el paisaje, en el cielo, en las nubes, los
tejados, el asfalto. Hemos elegido correr y no existe ninguna otra cosa que
queramos hacer en este momento.
Doy un paso más, llevo a mi mente
más allá con LAS PREGUNTAS. Me pregunto “¿qué pasaría si corriera con mi mejor
postura? ¿ Qué pasaría si me dejara llevar por el viento? ¿Si corriera a la velocidad
de los kenyatas? .. En vez de darles vueltas al ¿porqué me canso, porqué no voy
más rápido, porque sufro?
2.-. LAS PALABRAS
El lenguaje crea REALIDADES.
Cambiamos el “voy a hacer una salida agotadora de una hora
por voy a hacer una salida exigente.” “Hoy tocan las terribles cuestas por hoy
llevaré a mis piernas a sus límites”
3.- EL MOVIMIENTO.- LA POSTURA
El cuerpo es determinante en nuestros estados de ánimo. Se puede influir en nuestras emociones a través de la postura.
La corrección de la postura o la forma de movernos tiene un
impacto tremendo en nuestra manera de sentir, percibir y razonar.
Quienes no se mueven desarrollan menos su hipotálamo,
capacidad de aprendizaje y se altera a su vez más ante los acontecimientos
negativos.
Quienes corren con un mala postura, agachados, mirando al suelo
y machacándolo, avanzan sufriendo y contando los segundos que quedan para el
fin de su salida.
Quienes correr derechos, mirando al cielo y con una sonrisa
en la cara cambian su percepción de la realidad, su manera de sentir, percibir
y razonar.
Descubren quienes son realmente, sienten que son LIBRES, LO PUEDEN TODO y NO EXISTEN RETOS
INALCANZABLES.
Controlando estas tres herramientas desarmamos a la
IMPOSTORA y sacamos a la luz a nuestro verdadero yo, EL LEÓN, oculto por el humo
desplegado por esa identidad, y hacemos aquello para lo que hemos sido
diseñados,
CREAR…..
y CORRER
Las NUBES se abren y nos dejan ver EL CIELO que hay dentro
de nosotros.
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