LA MENTE TAMBIÉN ES UN MÚSCULO
Para
iniciarse en el RUNNING, (como en cualquier otra actividad que suponga un
cambio en nuestra rutina), hay que empezar por cambiar nuestro interior. Esto
parece absurdo, lo más lógico es empezar poniéndose las zapatillas y salir a
sufrir.
Si
hiciéramos esto último, lo que ocurriría es que al final, desistiríamos, tarde
o temprano, porque como todos sabemos “la cabra tira al monte”.
Pongamos
el ejemplo de Tarzán o el del niño de la selva, bien conocido por todos.
Podemos ponerles zapatos, vestirlos, enseñarles a hablar, llevarles a la
ciudad. Al final, por mucho esfuerzo que hagan por adaptarse, su naturaleza
interior, sus deseos, sus inercias adquiridas con los años, harán que vuelvan a
la selva, a su hábitat natural grabado durante años en su subconsciente.
Lo
mismo pasa con el running, tenemos que modificar nuestra imagen interior,
grabarla en nuestro subconsciente, autosugestionarnos, convenciéndonos de que
este deporte es parte de nuestra naturaleza.
¿Cómo?
HEMOS NACIDO PARA CORRER.
Esta es la base de la sugestión, hay que
creérselo, y esto es fácil porque es nuestra realidad desde el origen del ser
humano y no ha cambiado desde entonces, está en nuestros genes.
Nuestra
mente está llena de pensamientos o prejuicios sobre nosotros que tenemos que
empezar a sustituir. Son las transparencias de las diapositivas que proyectamos
en la pantalla (nuestro exterior, nuestra realidad).
Hay
que quitar las transparencias de “yo no puedo, me canso, peso demasiado, esto
no es para mi, supone demasiado esfuerzo”. Insertar unas cargadas de emociones
y sentimientos “todos podemos correr, no importa el peso o la edad, está dentro
de nuestros genes, mi cuerpo lo necesita, tengo ganas de vivir, puedo conseguir
lo que me proponga” y otras en tres dimensiones con visualizaciones de
africanos corriendo ligeros, gacelas, niños, nosotros con una sonrisa trotando,
disfrutando”.
Al
acostarnos volvemos a proyectar mentalmente estas transparencias, y así día
tras día, hasta que a los 21 días sin apenas darnos cuenta, estos mensajes
subliminales que vamos incrustando en nuestro subconsciente voluntariamente,
empiezan a salir solos y sin saber cómo un día nos levantamos y decimos “tengo
que correr”. Nuestra realidad ha cambiado.
La
MENTE es un MÚSCULO, si se ejercita se transforma y crece.
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