Esos maravillosos Fracasos.
Mi soberbia en la vida me llevó al yo todo lo puedo hacer
sola, no necesito ayuda de nadie.
Mi soberbia en mi Running me llevó al yo sola puedo entrenar
no necesito ayuda de nadie.
Qué pobre se vuelve nuestra vida cuando el Ego crece tanto que
bloquea nuestras ventanas impidiéndonos absorber las maravillas que el mundo nos
regala!!
El cielo, sin embargo, que está siempre al quite, llama a esas ventanas y las golpea fuertemente
con los mal llamados “fracasos.”
Estos son realmente duras experiencias que nos manda Dios
para hacernos fuertes, con ellos nos vuelve a dar otra oportunidad para seguir
creciendo.
Qué suerte tenemos aquellos cuyas ventanas han sido
golpeados tantas veces.!!!!
Yo, de mis éxitos, apenas he aprendido nada, sucedían sin
que me detuviera a repasarlos. Sin embargo, gracias a mis fracasos he
transformado tantas cosas en mi vida, que hoy, cuando llegan, cojo la lupa, los
analizo y sonrío mirando al cielo: “Vaya, otra vez me estás avisando.”
Así surgió el Método
Walden para el Running.
Me lesioné doblemente entrenando la Maratón de Valencia:
-
Una postura incorrecta hizo que mi psoas ilíaco me
impidiera correr según los traumatólogos para siempre.
-
Una anemia galopante hizo que tuviera que dejar de
correr según mi internista para siempre.
Fracasé en mi intento de hacer la
maratón pero gracias a ello crecí.
-
Decidí aprender todo lo que existía en el mundo del
deporte sobre técnica de carrera y me tropecé con el “Chi-Running”, “Pose-Running”,
“Natural Running” y “Nacidos para Correr” (Christopher McDougall). Ya enfangada
con el estudio de la mecánica del cuerpo, seguí con la concepción Oriental del
ser humano, la respiración y las energías. Terminé sumergiéndome en la mente y
su fantástico poder de transformación a través de las visualizaciones.
Surgió el poder transformador del
Runfulness
-
Decidí aprender todo lo que existía sobre nutrición y transformé
mi concepto de comer para no engordar por el de comer para estar sana y fuerte.
Un año después hice la maratón de Valencia, disfrutando.
Decidí hacerme muy muy pequeña para que mi ego jamás me encuentre
y así poder seguir creciendo, aprendiendo.
Os animo a desterrar la palabra “Fracaso” de vuestro
vocabulario y a sustituirla por “escalones” hacia el éxito.
Yo no pienso ni bajarlos ni sentarme en ellos
¿Y vosotros? ¿Queréis
también seguir subiéndolos?
Pilar Amián
Fundadora del Método Walden para el Running
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