jueves, 29 de marzo de 2018

RUNFULNESS. 

Run better. Live better. Únete a nuestra comunidad Walden y descubre la diferencia entre correr sufriendo y correr sintiendo. 
Respiración-Mindfulness-Postura-QiGong y entrenamiento virtual te enseñarán a sentir el movimiento.



Mi abuela me solía decir: "Hija pero pon la cabeza en lo que estás haciendo y verás cómo te sale mucho mejor!!!"
Siempre me admiró su sentido común y lo que ella llamaba "inteligencia de la vida" . Sin saberlo ya practicaba el Mindfulness.

Os invito a probar una nueva forma de correr: el RUNFULNESS.
Correr poniendo la cabeza y los sentidos en el movimiento.
Disfrutando el recorrido.
Aprovechemos estos días de Semana Santa para replantearnos cual es nuestro proyecto a corto, medio y largo plazo. Coged vuestra agenda y escribir con mayúsculas: "Esta primavera me propongo..... ". Grabarlo porque aquello que se plasma en el papel se cumple, lo que guardamos en el pensamiento se evapora y no deja rastro.
El único motor de esas metas, es el movimiento y la sonrisa.
Os animo a elegir tres días en vuestra semana, tres momentos en los que no harías nada importante y salir a trotar despacio, suave, dentro de vuestra respiración: Simplemente Walden Running.

Termino por supuesto con mi abuela.
A aquellos que se resignaban a los acontecimientos los clasificaba como "gente sin motor".
Estos, ante las piedras del camino se suelen cruzar de brazos, refunfuñar todo lo que pueden, pero no hacen nada, no se mueven.


Nosotros somos Walden Runners, abuela, ese es nuestro motor, las piedras las quitamos del camino, las rodeamos, las sorteamos o las pisamos. Nos hacen el recorrido más incómodo, pero jamás nos detienen, sólo nos bajan el ritmo, pero ¿eso que más da? Lo importante es tan sólo, avanzar.

Próximo taller sábado 21 de Abril
Pamian@metodowalden.com.
www.metodowalden.com

martes, 27 de marzo de 2018


Papel blanco.

He salido sin reloj
 

He abierto la puerta y he dejado el Garmin en casa. Nadie sabrá jamás, ni siquiera yo,  la distancia, el tiempo o la velocidad a la que habré corrido.

No habrá huellas.

Mis chicos triatletas me dijeron luego: “Pilar, eso no cuenta, no sirve de nada, es como papel blanco, como el libro que un día decidió escribir Paco Umbral con la tinta en blanco.”

“Vaya”, -dije.

Sin embargo, sí hubo un cambio:

Tomar conciencia de que no habría huella hizo que me relajara al instante. Sentí el cuerpo más ligero como si hubiera soltado una mochila llena de plomo. Corrí por caminos más estrechos y bonitos porque no me importaba bajar mi tiempo. Me detuve, por primera vez, cuando me preguntaron por la salida a Pozuelo y lo expliqué con paciencia sonriendo porque mi ritmo no era rastreado. Me senté a observar un árbol caído e incluso me paré para quitarme una piedra que se me había metido en la zapatilla, increíble antes hubiera preferido terminar con el pie sangrando a perder unos segundos para solucionar el problema

Chicos lo siento, sirvió para algo, mi alma si percibió las huellas. Fue más ligera.

Y me pregunto:

¿No planeamos así nuestra vida? ¿Cómo los triatletas?

Salimos de casa pensando en la distancia que tenemos que cubrir, la velocidad a la que debemos resolver los planes, las metas que debemos completar y el tiempo en que debemos realizar cada faena. Empezamos el día con la mochila repleta de obligaciones y el reloj vigilando que las cumplamos en el tiempo previsto.

Si por el camino nos interrumpe algún hijo con un: “mami, mami….mira esto….” Apenas le hacemos caso porque no están previstos estos cinco minutos de retraso en la agenda, como  no lo suele estar mi camino más estrecho y bello.

Si durante el día alguien nos pide ayuda lo despachamos en dos segundos protestando porque debemos seguir avanzando.

Si una imagen bonita se presenta improvisadamente  delante de nuestros ojos, ni la observamos, tenemos la mente en el futuro.

Incluso si surge un problema , una piedra, que nos está entorpeciendo el camino, preferimos arrastrarlo durante todo el día, -incluso toda la vida-, a pararnos, prestarle atención, resolverlo y quitárnoslo de encima. Al día siguiente no será una china sino un pedrusco.

Cumpliremos nuestras metas pero a trompicones, llenos de ansiedad y estrés y sin

Chicos quizás dejar el reloj sea papel blanco para la historia del mundo pero   mi historia personal será diferente:

                La huella será una sonrisa en el alma.

Así que decidí grabar la imagen borrosa en mi recuerdo:

Odio correr, este día no ha sido una salida de runner, fue una de Walden Runner.

Pilar Amián.
Fundadora del Metodo Walden
www.metodowalden.com

pamian@metodowalden.com

sábado, 24 de marzo de 2018


El Walden Running en Telemadrid.


Hoy por fin después de varios fines de semana posponiéndolo por culpa del frío, la nieve y la lluvia hemos podido grabar el Método Walden con Telemadrid.
Mayte, Enrique, Ana Delgado, Ana Valderrama, Paloma, Alejandro, Idoia, Gloria, Rafa, Carmen y Mario, gracias chicos por vuestra paciencia y por compartir con Telemadrid vuestras sensaciones y experiencia con el Walden Running y gracias al resto de nuestros runners que no han podido participar, pero estaban al otro lado acompañándonos con sus corazones.
En breve os avisáremos para que aquellos que todavía no habéis entrado en Walden comprendáis porqué esto es algo más que running: “un proyecto de transformación personal”.
Contener la pasión que nos desborda a Raúl y a mi cuando hablamos del Walden Running ha sido lo más difícil, de hecho, imposible. Toda la timidez y estrés que me imponía la cámara se esfumó de golpe cuando Cristina, la entrevistadora, hizo la pregunta mágica:
“- ¿Por qué quieres que la gente corra?”
En ese momento entré en mi mundo de los deseos y los sueños. Fluyó todo sobre  una forma diferente de respirar, de pensar, de meditar, de sentir y de imaginar; todo ello, a través del movimiento.  
Hasta que Raúl, me paró, me centró, y dijo: “Si Pilar, pero vamos a explicarles cómo”
 Entonces él entró en escena con las cinco disciplinas sobre las que se estructura el Método Walden: Respiración-Mindfulness-Armonía-Postura y Visualizaciones ”.
Gracias @telemadrid por vuestro interés.

PIlar Amián
www.metodowalden.com

Pamian@metodowalden.com
               

viernes, 23 de marzo de 2018

Muchas gracias a todos por vuestras felicitaciones.
 
 
 
Hoy he celebrado mi cumple de la forma más motivadora posible gracias a mis chicos.
Han venido a recogerme a las 6 de la madrugada para hacer una sesión de series. Bonita prueba para entrar en los cincuenta.
Me encanta salir a estas horas cuando Madrid duerme, siento que voy contracorriente y eso me fascina. Hay que tratar de romper moldes!!!
A las 6:30 nos ha sacado el sol de nuestro momento íntimo, íbamos como tres exploradores abriendo caminos en la selva hasta que la luz nos ha descubierto. La sensación ha sido como si el mundo me hubiera pillado en pijama trotando.
Prefiero ir de incógnito con la complicidad de la noche.
Lo hemos festejado retando a la edad, siento chicos que tuvierais una cincuentona pisándoos los talones pero a partir de ahora será así siempre.
Me he colocado detrás de las piernas de Raul y he conectado la mente a la respiración. Los niños llorones boicoteadores de energía los he amordazado, no hay espacio para el “no puedo”. Una sonrisa y a correr.
Raúl ha publicado después el jeroglífico, es un crack con la tecnología, los números y la estrategia de carrera, pero todavía estoy mirándolo sin entender nada:
3000+2000 (r.2)+4x1000 (r:1)+4x500 (r:1)+enfriamiento
He tenido que solicitar una traducción al castellano para saber si debo estar satisfecha o los años me han tumbado:
13 km a 5:19 ritmo medio, mejor tiempo 3:27, mejor km creo que a 4.
Eso ya me gusta más Raúl, seguiremos mejorando, seguro y yo esperando cada jueves a las 6 de la mañana a mis chicos con sus juegos de velocidad, cada semana es una auténtica sorpresa.
Gracias chicos, ha sido un subidón de autoestima.
La tarta la dejaremos para esta noche.
 
Pilar Amián
 

miércoles, 21 de marzo de 2018


La incubadora


Hay que moverse, simplemente poner un paso delante de otro. Todo menos quedarse quieto.

Últimamente he empezado a comprender a Forrest Gump: Se sintió desconcertado y decidió solucionarlo poniéndose a correr sin más.

Mirando hacia atrás he descubierto que desde que soy una Walden Runner, apenas tengo momentos de desconcierto, tengo momentos altos y bajos, pero camino con la barbilla levantada y la vista puesta en el frente.

Este mes hago medio siglo y me llueven los comentarios tipo:

-“Mamá que mayor eres ya!!!”, “pero no digas tu edad!!!” “prepárate la que te espera, se te caerá todo, las hormonas empezarán a hacer de las suyas, o se esfuman o se desparraman, empezarás a tener calores y estados de tristeza incontrolados….” Glup, la que me espera.

Hace años, cuando empecé a correr por el Monte del Pilar, apenas había mujeres corriendo, sin embargo me cruzaba siempre con una señora de unos cincuenta años. La observaba maravillada de que alguien con “las hormonas descontroladas”  pudiera trotar tan fácilmente y me preguntaba si cuando cumpliera sus años seguiría corriendo.

Este sábado se abrió el cielo apenas una hora entre tanta lluvia, me puse una gorra y me lancé al Monte. Estaba precioso después de tantos días de lluvia aunque fue una carrera de obstáculos con tanto barro y charco. Llegando ya a la caseta del guarda, empezó a nevar de nuevo, levanté la cabeza y la ví de nuevo, los copos de nieve le caían sobre el pelo. Me entró un escalofrío.

Debe tener unos setenta años.

Sonreí.

¡Mientras siga moviéndome, las hormonas no importan, con ellas o sin ellas seguiré avanzando!

La zona de Confort.

El sistema solar se mueve a una velocidad de unos 217.000 km por segundo aproximadamente. La tierra gira sobre su propio eje y alrededor del sol. Las estrellas, los astros están en continuo movimiento. Todo a nuestro alrededor se mueve. Cambia.

Sin embargo, nosotros, nos empeñamos en detenernos. Trazamos un pequeño círculo con una tiza en el suelo, nos introducimos en él y tratamos durante toda la vida de no pisar su línea. Es nuestra “Zona de Confort”.  

Dedicamos gran parte de nuestras energías a impedir que los cambios nos alcancen, colocamos un paraguas gigante sobre nuestro círculo para que no nos empapen los cambios y el suelo no se moje, no vaya a ser que patinemos y nos deslicemos ligeramente de nuestra zona.

Es imposible que nos concentremos en nuestros proyectos si por el rabillo del ojo desviamos nuestra atención a controlar que nadie ni nada  ataque nuestra seguridad. La ansiedad y el estrés, como consecuencia de ello, toman posesión de nuestro cuerpo.

Confiemos en el movimiento, confiemos en el cambio.  

Falsamente creemos que nuestra estabilidad y seguridad depende de sujetarnos fuerte y anclarnos en nuestro sitio. Desgraciadamente dentro de esa esfera morimos poco a poco. Muere nuestra mente, muere nuestra alma y muere nuestro cuerpo.

Mi incubadora

Adquirí conciencia de todo ello con el running, o más bien, el Walden Running.

La incubadora de mi Start Up: mis proyectos fue mi running.

Entré en ella en estado bruto buscando moldear mi cuerpo a base de quemar calorías, lo confundí con un horno y, para mi sorpresa, salí convertida en otro producto. Fue incluso algo más, una aceleradora de mis proyectos.

Cambió mi mente y mi alma. El subproducto fue moldear el cuerpo.

El proceso.

1º.- El primer paso: Abrir la puerta de la incubadora.

El simple hecho de ponerse las zapatillas implica pisar la línea que demarca la zona de confort.

2º.- El segundo paso: Entrar en la incubadora.

Correr dentro de la respiración, entornando los ojos hasta alcanzar el flujo a través de la Meditación o del Mindfulness pone en funcionamiento la tecnología punta de la incubadora para que los cambios empiecen a producirse lentamente.

¿Qué es el flujo?

Daniel Goleman lo define así en su libro “Inteligencia emocional”: “Un estado de olvido de uno mismo en el que la persona se encuentra absorta en la tarea que está llevando a cabo que desaparece toda conciencia de sí mismo y abandona hasta las más pequeñas preocupaciones de la vida cotidiana (salud, dinero e incluso el hecho de hacerlo bien). Las dificultades desparecen y el rendimiento cumbre parece algo natural y cotidiano. Este es solamente inducido por una intensa concentración”

Mi cambio.

Aprendí a entregarme a la vida sin reproches, a extraer de cada experiencia el recuerdo bonito y la enseñanza.

Aprendí a confiar en las puertas que se cierran y a creer en las que se abren.

Mientras trotaba de esa manera, olvidándome de mi, absorta en el movimiento, las pequeñas preocupaciones de la vida cotidiana dejaron de ser importantes (salud, dinero e incluso el hecho de hacerlo bien). Las dificultades desparecieron y salí de la incubadora, mi Walden Running, con la sensación de que el rendimiento cumbre es algo natural y cotidiano, siempre que nos subamos al  tren, salgamos de la zona de confort y no tratemos de detener el tiempo.

Sonrío por ello, porque mientras siga trotando, la edad no importa, seguiré avanzando aunque la mente no me acompañe, porque ésta va siempre por detrás y tan sólo en el Walden Running se fusiona con el alma y el cuerpo.

Mente, cuerpo y alma cogidos de la mano nos transforman en una potente máquina capaz de sortear las dificultades y  salir fortalecidas del proceso.

 

viernes, 9 de marzo de 2018

Ya no seré Águila.
 
Hoy en mi carrera de madrugada por el Monte del Pilar me sentía un poco débil probablemente por la semana tan llena de actividades que estoy teniendo. 
Entorné los ojos, comencé a trotar despacio, suave y me dispuse a conectarme a nuestra práctica de esta semana: La Meditación Activa, el segundo pilar del Proyecto Walden.
Ayer, me decía una de las chicas: “Pilar, pero ¿por qué tengo que hacer este ejercicio durante tres minutos? No lo entiendo, con lo bien que estoy pensando en mis cosas, distrayéndome”.
- Ana, le contesté: “¿Cuando haces pesas con los brazos o abdominales, que les ocurre a tus músculos?” 
- Responde: “Pues que crecen si las haces bien.” 
- “Exacto, seguí, eso es lo que estamos haciendo, abdominales con nuestro cerebro”.
El cerebro, también es un músculo que hay que entrenar. Debemos domarlo para que nos obedezca y dirija sus pensamientos hacia donde nosotros queramos; enseñarle a no dejarse llevar por las tentaciones que le acosan en la vida, aquellas que llamamos “Isis”. 
La carrera es el mejor campo de entrenamiento para ello, porque los “isis” nos sacuden segundo tras segundo. ¿ Y si no tengo fuerzas? ¿ Y si me canso? ¿ Y si mañana me duele todo? 
Por eso estamos haciendo series de meditación en movimiento. Tres minutos meditamos, uno descansamos y soltamos el cerebro para que vaya por donde quiera.
Vuelvo a mi Monte.
La salida es más dura porque empiezo subiendo. Programo mi reloj con las series de tres minutos y los descansos de uno. 
Previamente he selecciono los dos elementos necesarios para esta práctica: - la palabra clave y el escenario.
1º.- La palabra clave: “Nubes”. En hipnosis se llama anclaje. En el running debe ser una cortita, de una o dos sílabas, para que se pueda sintonizar con la respiración. Esta palabra sólo la pronunciaré mentalmente cuando observe que me dejo arrastrar por los pensamientos; en el momento en que tomo conciencia de que no los dejo pasar, sino que me he enganchado a ellos, saco mi palabra clave: “Nubes”, por ejemplo y mi mente vuelve al escenario, mi estado meditativo.
En el Walden Running elegimos palabras que tengan relación con el movimiento o que nos recuerden paisajes u objetos que hallamos en nuestras salidas reales o imaginarias. Nuestros Walden Runners propusieron las siguientes: “sol”, “jungla”, “Kenya” “mar”, “fuego”.
2º.- El escenario: “Planeando entre las nubes”. A continuación selecciono un paisaje idílico en el que me fascinaría correr y me sumerjo en él. Recordad que la realidad se crea dos veces, primero en nuestro interior y después se proyecta al exterior. Es nuestra película mental que proyectamos desde la zona del entrecejo. Entorno los ojos y hoy me sitúo en el cielo, volando como un Aguila entre las nubes.
Las sugerencias de nuestros chicos fueron muchas: La playa, un atardecer en África o el asfalto por donde suelen trotar en silencio sin ruidos y sin coches.
De nuevo conecto con mi historia.
Ajusto las piezas en mi mente y paso a paso avanzo por el asfalto bordeando el Monte de mi querida Majadahonda. Atrapo mi mente y la subo al cielo, elevo la barbilla y me asaltan tentaciones de aprovechar el momento para repasar mi agenda. Tomo conciencia de ellas y saco a relucir inmediatamente mi anclaje “nubes”. Vuelvo a la escena. Siento como si estuviera haciendo abdominales con mis neuronas.
Pero, algo no encaja, hoy no consigo sentirme águila. Estoy cansada, levantar el vuelo me supone un terrible esfuerzo, planeo a ras del suelo y apenas consigo extender las alas.
Mi alma reescribe la trama sin avisarme. 
Veo un Águila Real, pero esta vez no soy ella, estoy abrazada a su cuello tumbada sobre su dorso. Asciendo sin esfuerzo gracias a su fuerza y por fin logro volar por encima de las nubes. En los llanos, simplemente extiende las alas y planea, en las cuestas alza su cabecita con el pico mirando al cielo. Mis piernas aceleran solas y se relaja mi cuerpo, la sensación de esfuerzo desaparece.
Suena la alarma, dejo de meditar, es mi minuto de descanso y reflexiono sobre el cambio.
Me vienen a la cabeza las palabras del Padre Caussade, Jesuita del Siglo XVIII en el “Abandono a la Divina Providencia”: “Dios nos guiará a lo largo de nuestra vida si nos abandonamos a él. Volemos como águilas encima de las nubes con la vista siempre fija en el Sol.” Asimila el Sol a nuestros deberes y es Dios el que nos hace volar y nos facilita cumplirlos. En el momento en que nos abandonemos a Él, cuando confiemos en su voluntad, seremos capaces de sobrellevar los momentos de oscuridad y más aún, disfrutar de un modo más pleno los momentos de alegría.
Así que a partir de ahora no seré nunca más el águila, El será quien me levante el vuelo, mi Aguila Real. Yo me abandonaré sobre él, abrazaré su cuello y me dejaré llevar volando sobre las nubes, a través de las cuestas y sorteando los escollos de mi vida, sin esfuerzo.
El objetivo del Walden Project es reducir el nivel de esfuerzo percibido (NEP). 
No tenéis que ser águilas para llegar lejos, ponemos aves a vuestra disposición para que podáis disfrutar de un modo más pleno los momentos de alegría y atravesar los nubarrones de la vida.
Desde marzo os esperamos en el Retiro.
Pilar Amián
Life Trainer del Proyecto Walden
www.metodowalden.com
mpamian@metodowalden.com

jueves, 8 de marzo de 2018


¿Y Si me Ahogo?        


            Oímos hablar continuamente de técnicas de respiración para relajarnos, para reducir el estrés o para dormir mejor, pero yo muchas veces necesito aire. Aire para avanzar, aire para subir, aire para cargarme de energía. Yo, muchas veces me ahogo.       

            Siento que tengo la cabeza debajo del agua más tiempo del que puedo resistir, noto una presión en el pecho y ansío desesperadamente algo, no sé exactamente el qué, que pudiera derramarse dentro de mi cuerpo e inyectarme fuerza.

            En este momento de bajón no tengo ánimo ni paciencia para empezar a respirar por la nariz, llevar el aire al abdomen contando y exhalar suavemente.

            Solo quiero magia, una respiración de primeros auxilios o una pastilla como la cafinitrina.

            Esa magia existe, lo he aprendido en mi Walden Running. Porque en las cuestas me ahogo, a los cinco minutos quiero parar, a los 45 tropiezo con un mini muro y las tentaciones me  acosan con mensajes tipo “déjalo ya, hoy no es el día, estás sin reservas”.

            Sin embargo he descubierto, que esas tentaciones son trampas y mentiras enviadas por mis saboteadores mentales de proyectos, esos trabajadores perezosos de mi cerebro que no quieren producir energía ni construir nuevas conexiones entre mis neuronas.        

            Les voy a lanzar un cubo de agua fría y se van a quedar tiritando.

            ¿Cuál es el truco?

            Hay dos canales en la boca por los que puede entrar el oxígeno al respirar.

            Si estamos con un trote suave y ligero o en un día tranquilo sin altibajos ni SOSs podemos permitirnos el lujo de respirar por la nariz, controlar el oxígeno en el abdomen y expulsarlo ligeramente o incluso de respirar de modo inconsciente como hacemos habitualmente.

            No obstante, nuestra carrera, como nuestra vida, nos exige muchas veces un esfuerzo extra, ya sea por las dificultades del terreno o por las exigencias de nuestro día a día. En estos dos casos, la respiración anterior no llena, por ello como la naturaleza es sabia, nos aporta una solución extrema. Son las espinacas que tomaba  Popeye, que sólo los de mi generación conocen.  

            En el Walden Running dividimos la respiración en cinco segmentos: Técnica-Armonía-Zona-Mindfulness y Visualizaciones.         

            Esta semana estamos centrados en la técnica. Nosotros preferimos optar, como orificio de entrada del aire, por la boca. Este permite un mayor volumen al ser más grande que los pequeños orificios de la nariz.    

            Dentro de la boca, existen dos canales:        

            1º.- En el más común el recorrido es el proceso es el siguiente:

            El aire entra, acaricia el paladar, se entretiene por la cavidad bucal, se pasea, toca la campanilla, para acabar descendiendo perezoso hasta el pecho o, como mucho, el esternón. Ahí llegan los restos que no se han distraído durante el recorrido.  

            2º.- El de primeros auxilios:  

            El aire entra directamente por la tráquea, como si nos hubieran practicado una traqueotomía y de ahí cae como una bomba a presión sobre nuestra zona infraumbilical. Explotamos de energía.     

            Volvamos a nuestra imagen de diez años en la playa apostando con nuestros amigos quién aguanta más tiempo sin respirar debajo del agua. En el momento en que ya no podemos más, sacamos desesperados la cabeza fuera del agua, abrimos la boca y tomamos una bocanada de aire desencajando casi la mandíbula. El aire aterriza en la tráquea y pasa al abdomen poniendo a funcionar al instante todas las mitocondrias u hornos de nuestro cuerpo.

            Nuestro instinto y la naturaleza cogidos de la mano diseñaron este atajo para aspirar el oxígeno de la forma más rápida posible. Ni toca el paladar, ni se entretiene de conversación con la campanilla, ni acaricia nuestros mofletes.        

            Un bostezo tiene el mismo efecto.

                        Nos estamos durmiendo o aburriendo y el instinto reclama una bofetada que despierte la mente.           

            Os invito a descubrir la magia que aporta esta herramienta que nos ofrece la naturaleza para respirar.

            En Walden nuestros chicos ya están disfrutando sorprendidos de ella.     

            Más info en www.metodowalden.com

            pamian@metodowalden.com

 

sábado, 3 de marzo de 2018




Queridos amigos, por fin el Walden Project y el Walden Running llega a Madrid. La primera metodología dinámica de desarrollo del cuerpo y de la mente con un claro objetivo: transformar la forma en que vivimos y lideramos nuestras vidas. Inspirada en la obra “Walden; o, La Vida en los Bosques” escrita por el filosofo Henry David Thoreau, The Walden Project desarrolla una método de Running y Life training único basado en 5 pilares 1. Respiración 2. Effortless Running Technique 3. Active Mental Running (Mindfulness Activo) 4. Armonía y Equilibrio y 5.visualizaciones. Si quieres experimentar por/en ti mismo la transformación, únete a nosotros en el Parque del Retiro de Madrid, todos los miércoles entre 15:00-16:00. Más info Pilar Amian <pamian@metodowalden.com>