lunes, 8 de enero de 2018

La misa de las "Tortugas"
 

Ayer, el 6 de enero, los Reyes Magos me dieron el regalo más bonito que he recibido nunca. Jesús a través del padre Javier Siegrist iluminó mi corazón.
Mis hermanos Pepe Amian y Maria Parames nos invitaron a la familia a asistir en Boadilla a la misa del grupo de “Las Tortugas”. Este es un grupo de padres que tienen la suerte de tener hijos en el cielo, esto es, una puerta especial de acceso a Jesús.
Me cuentan que el nombre lo adoptaron un día que estando reunidos sentados en círculo en el suelo, una tortuga se les acercó y se subió al regazo de uno de estos padres, éste un año atrás, causalmente, le había regalado a su hijo en el hospital una tortuga para que lo acompañara en su momento de despedida. Bonita casualidad.
Fue la misa más bella a la que he asistido jamás por la alegría que desbordaba el padre Javier Siegrist. Sonreía sin parar. Sentí que vivía en la fé, no que tenía fé, sino que Jesús estaba dentro de su corazón y que él lo veía en todo momento. Comunicaba la pasión del que está enamorado y no puede dejar de hablar del ser amado y quiere compartir con toda esta realidad. Sus ojos reían. Yo estaba absorta, drogada con su mensaje y su energía, contagiada de su emoción, no podía perderme ni una palabra a pesar del tremendo caos de ruido que había en la Iglesia, debido a que los hermanos pequeños de estos niños que están en el cielo no dejaban de llorar, pelearse o jugar.
No importaba, la voz del padre Javier invadía nuestros sentidos:
- Habló de los modelos sociales de nuestro siglo, los valores que supuestamente debemos imitar, jóvenes danone, hombres con éxito, dinero y belleza. Los comparó con el “Rey” que buscaban los Reyes Magos y los pastores, cuyos valores descubrieron sorprendidos eran: - la pobreza, la humildad, el silencio, la debilidad y la entrega.
¿Imaginaos si siguiéramos ese modelo que sueños conseguiríamos? 
Ghandi escogió ese modelo para derrotar al imperio británico: “ la no resistencia (la entrega), la pobreza, el silencio (se retiraba a meditar cuando le traicionaban), la pobreza, la humildad.
- Habló de cómo Dios no crea los signos pero nos habla a través de ellos. 
El no estropeó el ascensor que se llevó a José Amián y a Belén Jordana pero ha usado ese accidente para hablarnos a toda la familia. Desde el día en que se fue José hemos dejado de observar la fé y hemos empezado a meter el piececito dentro de ella y a sentir sus efectos. Jesús está tocando nuestros corazones o, más bien, por fin estamos oyendo el “toc toc toc”, José nos ha curado la sordera. Ahora no podemos obviar esta nueva consciencia y debemos transpirar la alegría de saberse amados.
- El padre Javier acercó el cielo y la tierra. Dios no está arriba, muy lejos de la tierra, dijo, vive aquí con nosotros y nos habla a través de signos. A unos les habla con una tortuga, a otros a través de un libro, a otros por un amigo y a otros usando una experiencia. Su voz rezuma alegría, sentir que Jesús está a nuestro lado nos quita peso de encima, ya no tenemos que ser perfectos, para eso está él.
Entonces, cuando terminó la homilía miré al suelo, debajo del altar y vi mi signo, me tropecé con un Belén pequeño y una figura de barro con un hábito blanco, sentada de lado adorando el pesebre un poco alejada. No había pastores, sólo esta monja. Miro a mi hija Carmen, las dos a la vez en el mismo momento de la misa nos miramos y ella por encima de las cabezas de nuestros familiares me dijo “mama es la Madre Teresa de Calcuta.” Es la primera vez en mi vida que veo un Belén con la madre Teresa de Calcula adorando al niño.
Esa mañana mi hija Carmen Balguerias me había regalado un cuadernito con una novena de esta Santa. Ella conoce mi devoción por la Madre Teresa de Calcula, su obra me fascina, tanto por su dedicación a los pobres como por su sorprendente propagación por el mundo, desde el punto de vista empresarial. Una mujer pequeña, débil, sin apenas capacitación que ha tocado los corazones de personas de todas las religiones y niveles socio-económicos, adoptando como Ghandi los cinco valores antes mencionados de Jesús: -la pobreza, la humildad, el silencio, la debilidad y la entrega.
“Pon todo lo que hagas en manos del señor y tus planes tendrán éxito” Cuantas veces nos estresamos porque queremos hacerlo todo perfecto? Renunciemos a ello, hagamos nuestra obra y el resto dejémoslo en sus manos. Eso hizo Santa Teresa y su obra se extendió por todo el mundo.
Vuelvo a mi historia que me estoy perdiendo. Antes de la misa, había leído en la novena “tengo sed de ti” abre tu corazón a Jesús y deja que su llama entre en tu corazón y así transpirarás alegría. 
Me quedé pensando, ¿ y eso cómo se hace? Yo veo a Jesús y creo en él y me impaciento porque quiero cambiar el mundo, quiero inyectar ilusión en los corazones de mis Walden Runners, quiero que corran para sentir pasión por la vida y que sonrían para contagiar la felicidad a sus hijos y que sueñen para que se despierten cada mañana con “ganas”. Quiero que descubran a través del running la alegría de vivir. Ese es el objetivo de mi proyecto Walden.
¿Cómo consigo hacer eso? 
Sé que para otros no significó nada verla, pero para mí fue mi signo, ella está conmigo, no sólo en mi mesita de noche, en mi novena o en su precioso libro (“la alegría de amar”). Sentí que ella me acompaña y me impulsa, oí su voz: “pon tu obra en manos de Jesús y relájate que él hará el resto pero para eso tienes que abrirle las puertas de tu corazón porque él tiene sed de ti”. 
Ya no me importa sentirme pequeña, incapaz y débil porque este sentimiento me acerca más a mi modelo.
Os animo a dejar de observar la fe desde la barrera

 

Pilar Amián

Creadora y Fundadora del Proyecto Walden



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