miércoles, 29 de noviembre de 2017

Odio Correr, Soy un Walden Runner


Para seguir aprendiendo y formándome, repaso artículos, webs de runners, post, consejos, trucos, comentarios sobre el running,  por aquí y por allá… en páginas especializadas, en páginas facebook de corredores, en vídeos de especialistas… y entiendo porqué odiaba tanto tanto correr.

“-Cómo correr mejor para correr más deprisa…”
“-Cómo mejorar tu tiempo…”
“-Plan de entrenamiento en 2 semanas…”, “..en 3 semanas…”, “… en cuatro”….
“-Alcanza tu objetivo…”, “…supera tu objetivo…”
“-Guía nutricional para conseguir mejores resultados…”
“- Cómo bajar de las 4h en la maratón…”, “…de las 3h…”
“-Tus primeros 10K: te preparamos para que bajes de los 60’…”
“-Cómo quemar más calorías…”

Ahhhhhgggggggg
Odio correeeeerrrrrrr.

No quiero correr para conseguir el objetivo físico de correr más deprisa, o quemar más calorías, o bajar mi marca, o superar mi objetivo…
Ni siquiera tengo un objetivo, ni quiero tenerlo.

Es lunes, o martes o domingo, y simplemente quiero salir a trotar depacio, o correr a todo lo que mi respiración me permita, o simplemente  correr con mis amigos WaldenRunners; pasarlo bien, con ellos, o solo, en mi mundo.

Quiero sentir la energía que generamos los que zancada a zancada trotamos juntos.

Hago Running, mejor dicho, hago WaldenRunnig porque quiero cultivar mi mente y mi espíritu en la misma medida (o más) que mi cuerpo.

Siguiendo lo que decía Thoreau, el filósofo que inspiró nuestro método,  
I went to the woods because I wished to live deliberately, to front only the essential facts of life
Así que corro porque quiero encontrar y disfrutar de las cosas más simples pero más esenciales del ser humano: andar, respirar, sentir,…
Thoreau nos empujaba a estar siempre alerta. 
---Forever on the alert and looking always at what is to be seen

Y qué es eso del “What is to be seen”?

Pues lo que no podemos dejar de mirar, de observar, de ver…
Lo que no podemos perdernos bajo ningún concepto.
Estúpidos aquellos que lo hagan!
Shame on them!


No quiero correr sin ver, sin mirar.

No quiero perder la oportunidad de correr viendo lo que pasa a mi alrededor;
sin ver lo que a mi alrededor ocurre.


Por eso, sigo a Thoreau y corro siempre alerta.
Alerta a todo lo que me rodea.


Alerta a una nube con forma de pez,
a un amanecer único,
a una sonrisa en un semáforo,
a un guiño de la persona con la que me cruzo,
a un ladrido de pena,
a una ropa tendida en la última planta de un edificio de mil pisos;
alerta a una pintada de “…te quieres casar conmigo”,
al sonido lejano de un tren que transporta vidas de vuelta a casa,
al vibrar del puente que sobrevuela la carretera,
al agua que me empapa en un día de lluvia;
alerta, alerta, alerta.
Alerta a la pareja de ancianos que siguen paseando de la mano,
a los recuerdos que me provocan la pareja que se sienta en el banco del parque,
alerta a la música que proviene desde el bar (o tal vez desde mi imaginación),
alerta al señor que barre la acera,
que limpia los cristales,
que echa una carta en el buzón (existen),
alerta a lo que es único, diferente y provocador.
Es decir, alerta a cualquier cosa.
Alerta a todo, y a nada.
Alerta a lo "What is to be seen"!

 Odio Correr, soy un Walden Runner



Así que para un Walden Runner es fácil; cada día pulverizamos nuestras marcas, todas ellas,
porque cada día es de nuevo nuestro primer día
 
Somos WaldenRunners, y por tanto somos capaz de correr con los 10 sentidos alertas:
vista, 
oído, 
gusto, 
olfato,
tacto, 
mente, 
alma, 
equilibrio, 
sensación y, sobre todo,  
emoción.

Los 10 sentidos del Walden Runner!

Raúl de la Cruz-Linacero
Lead Trainer
Método Walden
Proximo taller "on the road". Sábado 16 de diciembre

lunes, 27 de noviembre de 2017



Es una de las frases que más oigo: “No hago running porque no tengo tiempo. El día a día me puede.”
Un día que transcurre de la siguiente manera.
(aunque generalizar es malo, en una sociedad marcadamente machista como en la que vivimos,
los roles podrían seguir siendo más o menos así: ellos trabajan; ellas trabajan y además hacen todo)

Ellas: el trabajo, la casa, los niños, los colegios, la compra, la cocina, los padres, los suegros, las extraescolares…
Ellos: el trabajo, el networking, el padel,…

Con tales días, lo admito, es difícil sacar tiempo para hacer running. 
No se puede negar. Apenas tenemos 24 horas, y hay que decidir
a qué dedicarlas.

Por tanto, ese es el quid de la cuestión: elegir

Así de fácil: 
-elegir entre SER o HACER.
-elegir entre Cuidarse un poco a sí mism@ o sólo cuidar de los demás.
-elegir entre Quererse y dedicarse tiempo, o dedicar sólo tiempo al resto del mundo.
-elegir entre Escucharse desde el interior, o poner oídos a todo lo que dicen otros.
-elegir entre Sentir la vida plenamente, o sentir que la vida pasa sin remedio.
-elegir entre Vivir la vida, o vivir la vida de los demás.
-elegir entre Vivir el ahora, o dejar la vida para mañana.

Por tanto, ponte manos a la obra:
-Elige SER (como dicen las mujeres del vídeo que os dejo al final del post).
-Elige disfrutar, vivir, sentir, soñar, respirar, mirar-te, escuchar-te,

Porque todo eso es lo que te proporciona el running.

Tiempo para ti; para escuchar tu respiración, tu zancada contra el asfalto, la arena o la hierba. Tiempo para escucharte, para sentirte, para vivirte.

30 minutos, cuarenta, cien. Tuyos, sólo tuyos. Sólo para ti.

¿Cómo no vas a ser capaz de sacar esa minucia de tiempo?

30 minutos, cuarenta o cien. Tres veces en semana. Sólo eso. Por la mañana, al medio día, por la tarde o por la noche. 30 minutos, cuarenta o cien. Tres veces en semana.

¿Cómo no vas a ser capaz de sacar esa minucia de tiempo?

Piensa un segundo.
Si mañana te diagnosticarán una enfermedad grave que te exigiera atender todos los días una hora a algún centro hospitalario a recibir atención médica, ¿sacarías ese tiempo? 
Pensarás, “No tendría más remedio”.
Así es, lo harías porque no tendrías más remedio, pero lo harías. Sacarías una hora diaria para acudir al médico. Sacarías una hora diaria si tuvieras una enfermedad grave, o la tuviera tu hijo, o tu marido, o tu mujer, o tu madre…
Entonces sí que sí, darías la vuelta a tu agenda para sacar una hora diaria.

Sin embargo no puedes sacar 30 minutos, cuarenta o cien, tres veces en semana,
si estás sana, si estás llena de vida, o si tienes el poder de disfrutar del ahora!
Entonces no, entonces no tienes tiempo.
¿Tienes que enfermar tú o alguno de tus seres queridos
para sacar 30 minutos, cuarenta o cien, tres veces en semana?

¿Verdad que no? Hazlo.
Simplemente hazlo.
Hoy, ya. Ahora.

Date la oportunidad de mejorar tu vida, de transformarla interior y exteriormente a través del running.
Permítete abrir tus pulmones a la vez que abres tu mente.
Autorizáte a cambiar tu vida, al mismo tiempo que cambias tu forma de andar, de correr, de respirar.

Muévete, corre, haz running, sin buscar un objetivo de tiempo.
Simplemente como parte de tu vida.
No te rindas antes de empezar.
No creas a los que dicen que el running es aburrido,
que cuesta horrores, que correr es de cobardes, que ya no tienes edad, 
que es lesivo para tus articulaciones.
No les escuches.

Haz running, si quieres con nosotros, y entenderás
cómo fluye la sangre, cómo se transforma el oxígeno en vida,
como disfrutamos del aire, del frío, del calor, del bosque,
de la calle, de la acera, del cielo, las estrellas, las cuestas o
el sudor. Entenderás porque el Walden Running está
transformando nuestras vidas, y lo está haciendo para siempre.

Y sólo necesitas 30 minutos, cuarenta o cien, tres veces por semana.
Crees que podrás? o tendrás que esperar a que ocurra algo que te habra los ojos?
Por favor, hazlo por ti, y también por ellos, y no dejes
que se te vaya la vida entre los dedos.


Raúl de la Cruz-Linacero
Lead Trainer Walden Running
www.metodowalden.com

domingo, 26 de noviembre de 2017

Taller nutrición, salud y movimiento.
Gracias chic@s por vuestra asistencia. Ha sido un placer compartir esta experiencia con vosotros.

Para aquellos que no pudisteis asistir aquí tenéis un pequeño reportaje
Recorrimos los cinco pilares del Walden Running: Respiración, Meditación, Armonía, Técnica y Visualizaciones. 
Repasamos los cinco puntos básicos de la nutrición: Desintoxicación, la piscina, los blancos, el colesterol y los superfoods. Y finalizamos con una sesión inducción a la relajación y recuperación de la autoestima dirigida por la profesional del mundo de la psicología María José García-Tomé. 
El Método Walden persigue la transformación interior a través del equilibrio entre las tres alimentaciones: 
- La celeste: la respiracion
- La Shen: las emociones
- La terrestre: los alimentos.
El movimiento nos ayuda reequilibrar las dos primeras y la nutrición la tercera. Gracias a esta reconducción de nuestras fuentes de alimentación externa prevenimos la enfermedad y recuperamos la salud.
Mas info en www.metodowalden.com






jueves, 16 de noviembre de 2017

The Only Constant is Change. Move On!



Nunca miro atrás porque si lo hago me tambaleo, la fuerza y la energía están siempre delante…”

Está de moda hablar de la “zona de confort” como de un lugar del que hay que salir, que hay que abandonar, ¿pero es realmente ese el proceso? ¿Es a través de esa continúa lucha entre nuestra mente y nuestro cuerpo donde se encuentra la satisfacción y la felicidad?
Tarde o temprano “el metabolismo” ganará a la voluntad y buscará esa zona de confort. Siento transmitiros que es batalla perdida.

La ZONA DE CONFORT  es aquél lugar donde habita la paz.

Yo abogo por no abandonar la zona de confort, sino tratar de desplazarla, esto es extender sus fronteras.
Nos enseñan que esta zona es el lugar donde me siento bien, estoy cómodo y vivo en paz. Esto es un tremendo error.
Nuestra rutina o nuestra pasividad no nos proporcionan confort  sino pesadumbre,  desesperación, ansiedad e insatisfacción. ¿Podemos realmente afirmar que en un lugar así nos sentimos en paz?

Todo aquello que no se renueva se enrarece porque el ser humano debe fluir con un río; si pones diques a sus aguas, éstas se estancarán, se contaminarán, se llenarán de deshechos y en este ambiente tóxico, enfermaremos.

El confort está en el cambio, en el movimiento, en la acción, en avanzar; es ahí y sólo en ese espacio donde se siente el placer, la satisfacción y la paz. Ese estado sí lo podemos calificar de confort. 

¿Cómo entramos en un espacio que abandonamos al crecer?

Una buena herramienta para ello es el "Running".

El movimiento nos desengrasa las piezas oxidadas, tanto en la mente como en el cuerpo, para que podamos  recuperar nuestra paz. Nuestros músculos y nuestras neuronas se empezarán a desperezar.
Al empezar a caminar (sin mirar atrás), la sangre recorre nuestras venas llegando hasta el último rincón de nuestro cuerpo y transportando el oxígeno o la salvia que renueva nuestro viejo cuerpo decadente. Limpiará los tóxicos que ha depositado en él la contaminación, el ruido, el ambiente y los problemas; en fin, el pasado.

Sólo a través del movimiento podemos crecer, desde la certeza de que así llegaremos a la verdadera zona de confort, ese lugar donde hay una fusión entre la paz espiritual y la satisfacción corporal.    

¿Zona de confort, por qué salir de la zona de confort, por qué no trasladarla a aquellas actividades que aunque nos cueste esfuerzo iniciarlas nos traen la auténtica paz ?

Ayer comentábamos tras nuestra sesión de Walden Running con uno de nuestros walden runners porqué este proyecto tiene resultados más efectivos, en cuanto a la transformación interior, que los cursos teóricos de coaching.

Nosotros empezamos por la práctica, otros lo hacen por la teoría.

Tras un taller teórico maravilloso donde nos relatan las posibilidades de nuestra mente y de nuestra proyección personal simplemente modificando nuestra actitud ante la vida, llegamos a casa y pensamos: ¿Cómo empiezo a aplicar esto? ¿Qué ejercicios hago? Sigo sus instrucciones cuidadosamente varios días pero la pereza y la rutina al final me arrastran y se me olvidan mis buenos propósitos.

Nosotros, lo hacemos al revés.

Primero enseñamos a combatir la pereza a través del movimiento y mientras avanzan, sin apenas ser conscientes, va surgiendo la transformación emocional. Aplicando con el Walden Runnning el mindfulness, la meditación, la respiración y la imaginación al running conseguimos este efecto.

Mientras las neuronas y los músculos se ejercitan, ocupamos nuestra mente en esas disciplinas de modo que la construcción física del sendero de su transformación interior queda fijada con cemento para el resto de nuestras vidas.

Pilar Amian
Fundadora y Creadora
Lead Trainer
Método Walden
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Próximos talleres:
18 noviembre a las 9:30: Iniciación Walden Running
25 noviembre a las 9:30: Walden Walking, nutrición y sesión de autohipnosis.
más información: http://www.metodowalden.com/clases--talleres.html.

viernes, 10 de noviembre de 2017

Correr con los sentidos





Solo sé correr sintiendo.

Utilizando todos mis sentidos.
Observando.
Escuchando.
Inhalando los aromas del bosque.
Acariciando las ramas, las hojas, los troncos de los árboles.
Saboreando la respiración. Saboreando cada instante.
Y sobre todo sintiendo cada poro de mi cuerpo: de mi piel, de mis
Músculos, mis tendones, mis ligamentos…
Disfrutando el momento privilegiado de correr solo, o junto
a mis amigos WaldenRunners.
 
Me gusta salir a correr para explorar
nuevos caminos, y descubrir
nuevos paisajes,  nuevas maneras de sentir.
Correr sin destino, sin motivo, sin objetivo.
Correr, andar, correr. Parar. Mirar.
Y retomar el paso.
Dejarme inundar por mi propia respiración
que me hace avanzar sin esfuerzo.
Atacar una cuesta, reducir mi zancada,
flexionar un poco las rodillas, bracear con más
ritmo y coronar la cima de la pequeña colina.
Entonces, parar de nuevo. Contemplar.
No perder la oportunidad de haber llegado donde otros
no llegarán porque no está a su alcance.
Disfrutar de la puesta de sol, o del amanecer,
o del tibio frío de otoño.
Sentir.
 
Dejarme llevar en la pendiente abajo.
Asirme a mis músculos, que suavemente
me llevarán hasta el cauce del río.
Sin prisa, sin perderme ni un momento,
sin saltarme ni un recodo, sin perder
la cadencia de mi respiración que suena
de manera armónica a la de mi zancada.
Escuchar la música de mi cuerpo, de mi pisada
sobre la tierra, la hierba, la arena.
Música que compongo cada día,
y que me hace sentir que soy inmortal: hoy, ahora,
en este momento al menos, así me siento.
 
Inmortal.
Correr.
De nuevo me pongo a correr.
Vuelvo a casa.
Me detengo en la puerta. Sonrío.
Recorro mentalmente el camino recién recorrido.
Estiro mis músculos.
Inspiro.
Espiro.
Mi alma ha curado todas las heridas.
De nuevo.
 
Y es por eso que solo sé correr sintiendo.
Correr desde el interior.
Utilizando todos mis sentidos.
También mi alma.
Claro.
Sintiendo. Sintiéndome.
Desde mi yo más profundo.
 
Raúl de la Cruz-Linacero
Lead Trainer
WaldenRunner
Método Walden

www.metodowalden.com
Próximo taller especial para sentir. 18 de noviembre