lunes, 31 de octubre de 2016

LA POSTURA Y LOS ESTADOS DE ANIMO
 Una buena técnica de carrera, o mejor dicho, correr llevando una buena postura,  evita las lesiones, favorece la eficiencia energética y  posibilita el óptimo uso de nuestro potencial energético.

         Pero hay un beneficio mucho más profundo y del que apenas se habla, que provoca la adecuada postura corporal:
        El cuerpo y su correcta colocación influye en nuestros ESTADOS DE ÁNIMO. A través de ésta podemos influir en nuestras emociones y cambiar las consecuencias devastadoras que éstas producen en nuestro organismo.
                      MALA POSTURA
              Si estamos tristes, pesimistas, negativos, saldremos a correr agachados, mirando al suelo, arrastrando los pies y entraremos en el círculo vicioso creado por ese estado de ánimo que a parte de lastrar nuestro avance, grabará en nuestro hipotálamo el recuerdo negativo de que "correr es terrible, doloroso y triste". Nuestras enzimas empiezan a funcionar en ese sentido y las membranas de nuestras células cambian para adaptarse a ese mensaje. Se produce un CAMBIO FISICO. Nuestro cuerpo ESPERA, NECESITA ya ese estado de ánimo cada vez que corre.
                      Correr no es doloroso, yo estoy en ese estado, pero nuestra fisiología se modificará para hacernos creer ese mensaje que trascenderá a nuestro subconsciente para siempre. Estamos condenados a SUFRIR corriendo.
                BUENA POSTURA
          Queremos cambiar esa grabación. Modifiquemos nuestra postura.
        Nos ponemos erguidos, miramos al cielo, elevamos el pecho, relajamos el cuerpo, nos dejamos llevar, inspiramos oxígeno como si quisiéramos tocar las nubes y exhalamos echando nuestra tristeza. Ponemos unas sonrisa en la cara. En breves segundos nuestro estado de ánimo comienza a modificarse, las emociones cambian, nuestras células comienzan a modificar sus membranas para adaptarse a esos estímulos.
                Nuestro cuerpo PIDE, NECESITA ese estado de ánimo cada vez que salimos a correr.
                Estamos condenados a DISFRUTAR corriendo



Así continuamos con la MAGIA.
Es maravilloso descubrir que con un simple cambio en la postura podemos CONTRIBUIR a modificar nuestros estados de ánimo.
El RUNNING nunca deja de sorprendernos

sábado, 29 de octubre de 2016

LA AUTOSUGESTION
Para ayudarnos en la INMERSIÓN  en esta fase (LEON) usaremos esta semana el comodín de la AUTOSUGESTIÓN.

Vamos a entrar en estado de semi-consciencia

Engañaremos a nuestra identidad IMPOSTORA.

Le haremos creer que estamos medio dormidos, con la guardia baja para que deje de controlar nuestras emociones y dominar nuestra realidad con sus mensajes negativos y limitadores.

Y en ese momento, sentados, relajados, con los ojos suavemente cerrados, buscaremos dentro, muy dentro de nuestros recuerdos (en nuestros genes, en nuestras raíces) esa imagen de “runner” feliz, energético, ansioso de volar, con ganas de más y más. Ese runner que es nuestro “verdadero yo” que quiere con sus pasos CAMBIAR EL MUNDO!!!!!!!!


Lo sacaremos a la luz y el impostor no nos volverá a suplantar nunca más.
LA FASE DEL LEON. 
LA IDENTIDAD IMPOSTORA

Superada la fase del tigre a través del control de la respiración y la atención plena en la pisada empezamos a disfrutar del running, de nuestro cuerpo y de nuestro verdadero yo.

Vivimos identificados con nuestra” IDENTIDAD IMPOSTORA “aquélla que pretende que la tomemos por quienes somos en realidad, y que coge las riendas de nuestras emociones para controlar nuestra percepción de la realidad” Consigue que tengamos las evidencias que ella necesita que tengamos para poder mantenerse en su lugar. (Mario Alonso Puig)
“Si las puertas de nuestra percepción fueran limpiadas, la realidad aparecería como es, infinita” (William Blake)

En la FASE DEL LEÓN aprendemos a movernos en el plano de lo que “realmente es”, a desenmascarar a nuestra verdadera identidad que es la que “lo puede todo”, aprendemos a percibir y sentir.
                Manejando estas tres herramientas:
                
1.- LA ATENCIÓN PLENA.
 Aprendemos a fijarnos en lo que me motiva, en lo que me gusta, lleno mi mente de esto y así no hay espacio para aquello que me disgusta. Me empiezo a fijar en el paisaje, en el cielo, en las nubes, los tejados, el asfalto. Hemos elegido correr y no existe ninguna otra cosa que queramos hacer en este momento.
Doy un paso más, llevo a mi mente más allá con LAS PREGUNTAS. Me pregunto “¿qué pasaría si corriera con mi mejor postura? ¿ Qué pasaría si me dejara llevar por el viento? ¿Si corriera a la velocidad de los kenyatas? .. En vez de darles vueltas al ¿porqué me canso, porqué no voy más rápido, porque sufro?

2.-. LAS PALABRAS 
       El lenguaje crea REALIDADES.
Cambiamos el “voy a hacer una salida agotadora de una hora por voy a hacer una salida exigente.” “Hoy tocan las terribles cuestas por hoy llevaré a mis piernas a sus límites”

3.- EL MOVIMIENTO.- LA POSTURA
El cuerpo es determinante en nuestros estados de ánimo. Se puede influir en nuestras emociones a través de la postura.
La corrección de la postura o la forma de movernos tiene un impacto tremendo en nuestra manera de sentir, percibir y razonar.
Quienes no se mueven desarrollan menos su hipotálamo, capacidad de aprendizaje y se altera a su vez más ante los acontecimientos negativos.
Quienes corren con un mala postura, agachados, mirando al suelo y machacándolo, avanzan sufriendo y contando los segundos que quedan para el fin de su salida.
Quienes correr derechos, mirando al cielo y con una sonrisa en la cara cambian su percepción de la realidad, su manera de sentir, percibir y razonar.
Descubren quienes son realmente, sienten que son LIBRES,  LO PUEDEN TODO y NO EXISTEN RETOS INALCANZABLES.

Controlando estas tres herramientas desarmamos a la IMPOSTORA y sacamos a la luz a nuestro verdadero yo, EL LEÓN, oculto por el humo desplegado por esa identidad, y hacemos aquello para lo que hemos sido diseñados,
                               CREAR….. y CORRER

Las NUBES se abren y nos dejan ver EL CIELO que hay dentro de nosotros.


miércoles, 19 de octubre de 2016


LA FASE DEL TIGRE.


          Cuenta la tradición tibetana que en la meditación existen cuatro fases:
           TIGRE,  LEÓN,  GARUDA y DRAGÓN.
      Son cuatro pasos de progreso espiritual hacia la iluminación.
Sakyong Mipham (lama y corredor de maratones, fundador de varios centros donde el running y la meditación van de la mano) considera que en el entrenamiento del RUNNING debemos atravesar las mismas fases.
      En la fase del TIGRE nos centramos en entrenar la respiración, la postura y la delicadeza.
a) La respiración.
Igual que en la meditación, nos concentramos en respirar. Focalizamos nuestra mente en seguir el recorrido del oxígeno por el interior de nuestro cuerpo y en su salida a través de la boca.
b) La postura.
Erguida conectando desde el ombligo con el eje central hasta la boca y nuestros ojos relajados
Sentimos la colocación de los PIES. Observamos como acarician el suelo mientras los dejo caer suavemente.
c) La delicadeza. JUST DO IT.
Debemos aproximarnos a este proceso de crecimiento con delicadeza, poco a poco, sin prisas, sin abrumarnos. La delicadeza es como el agua, siempre llega a su destino. La agresividad es como el fuego,  surge con rápidez pero luego desaparece. El 70% de nuestro cuerpo es agua tenemos delicadeza de forma natural.

En esta fase aprendemos a movernos como la hierba meciéndose en el viento.

Las aves se dejan llevar, despliegan sus alas y el viento les mueve.
Nosotros debemos hacer como las aves. Vaciamos la mente para que no  nos frene y nos dejamos llevar por la energía (qi) que fluye a través de mi cuerpo con una buena postura que no la ahogue haciéndome descender.

                El  viento es a las aves lo que el Chi a nosotros.