jueves, 13 de diciembre de 2018


Las Tres Reglas del #Runfulness (o del Mus)
 
 

 

No seas Ingenuo tu Mente te engaña siempre

 

“Llevo varios años corriendo, incluso he hecho varias medias, pero no disfruto, sufro, corro porque luego me encuentro genial, pero esa sensación la tengo sólo cuando termino, jamás durante mi running.”

 

Salimos a correr con la idea fija en la cabeza de que el premio está al final, cuando termine la partida, condenando desde el principio el desarrollo del running.

 

Cosechamos una serie de creencias aprendidas de nuestro entorno sin  cuestionar: “correr es de cobardes”, “no es sano para las articulaciones” “ “es un deporte para sufridores”…..

Por ello, trotamos mirando el reloj y contando los minutos que nos faltan para alcanzar nuestra recompensa.

 

¿Sabes jugar al Mus? Te engañan siempre.

 

¿Disfrutaríais de una partida de mus si estuvierais inquietos porque tenéis una cita importante al terminar la partida? Vuestra mente estaría impaciente planeando el acontecimiento inmediato y no cataríais ni un solo garbanzo en toda la jugada.

 

Aprendí a jugar al mus con 16 años, no porque me atrajeran las cartas sino porque descubrí que a los chicos les fascinaba. Me dije: “-Pilar, si te haces buena en ello, todos querrán ser tu pareja” 😉 .

Conseguí hacerme una experta farolera lo que no me sirvió para mi propósito inicial porque los chicos, en cuanto les ganaba, se sentían humillados y me esquivaban. ;-(

No obstante, como cuando se cierra una puerta, siempre se abre otra,  me sirvió para aprender las

            Tres Reglas:

           

            1º.- Las cartas no importan, sólo ayudan.  

a) Un buen jugador gana con un perete. Las cartas son para jugar sean cuales sean.

b) Tu condición física no importa, sólo ayuda sin garantizar nada. Nuestra naturaleza está diseñada para correr sea cual sea nuestra estructura.

            2º.-  Te mienten siempre.

a)     Te engañan, quieren que pierdas. Ignora sus mensajes .

b)    Tu Mente te engaña, quiere que pares. Ignora sus mensajes.

            3º.   Engáñales tú también.

a)     Usa señales corporales y verbales para confundirlos.

b)     Usa señales corporales para hacer creer a tu cuerpo que lo puedes todo (yérguete y sonríe); proyecta con tu imaginación  escenarios para despistar a la mente haciéndolo creer que estás en el paraíso.

 

 

La mente no es tan lista como tus contrincantes de Mus, le cuesta horrores diferenciar la realidad de la ficción. Aprovecha esa ventaja y miéntele como un bellaco.

Es la biología de la Creencia ( -Bruce Lipton) gana sólo quien sabe combatir el humo de la mentira con la magia de su imaginación no el mejor dotado por la naturaleza.

 

¿Te echo un cable?

Dibújale tu movimiento como algo natural, fácil y ligero. Fusiónate con la imagen de una gacela, de un tigre o de un león; aprovecha el viento como si fueras una cometa; sube las cuestas como si un helicóptero te elevara desde un arnés; desciende como si fueras un águila planeando; llanea como si levitaras montado platillo volador.

Proyecta delante de ti a cualquier figura que te anime, vitoree, empuje o acompañe.

 

Quizás así ya no quieras que llegue el final.

 

 

 

 

martes, 4 de diciembre de 2018


Estas Navidades Colorea tu Running.

 

            Este año me propongo vivir intensamente las Navidades, no me dejaré arrastrar por mis amigos melancólicos que insisten que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Este tiempo también será, en breve, pasado, así que lo voy a transformar en “Mejor” hoy, no mañana.

            Otros años, por nuestra tendencia lastimera, olvidé que el Adviento trae un mensaje de esperanza: “Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros”. Tenemos la única religión en la que su Dios baja a compartir con su pueblo sus dolores, sus sufrimientos y sus  alegrías. Uauuu, él nos entiende porque ya lo ha vivido.

            ¿Cuántas veces hemos dicho a un amigo/padre/familiar: “No puedes entenderme ni consolarme porque no has pasado por ello”?. El sí.          

            Estas Navidades elijo Disfrutar, Tocar, Sonreír y Mirar intensamente a mis seres queridos. Me prohíbo poner una sola cara de tristeza. ;-)

            El Walden #Runfulness tiene un truco para eso.

            Desde hace cientos de años la respiración ha sido utilizada en oriente como medio de prevenir y tratar enfermedades. El Control Consciente de la entrada y salida de aire en nuestros pulmones, de su ritmo, de su cadencia o la visualización de su color y recorrido provoca reacciones físicas y químicas en nuestro organismo.

            Nos centraremos pues en los colores:         

            A través de la visualización del oxígeno entrando por nuestra nariz (o glotis) de un color u otro podemos intervenir en el proceso de curación y mitigación de nuestros males físicos y anímicos.

            En Oriente explican los efectos sanadores de cada uno de estos colores:

-          El Rojo o rosado:  Calma la sensación de tristeza y actúa sobre el corazón y el intestino delgado.

-          El Azul: Mitiga el miedo y actúa sobre el riñón y la vejiga

-          El Verde: Aplaca la ira y actúa sobre el hígado y la vesícula biliar

-          El Amarillo: Ayuda con las obsesiones y actúa sobre el bazo y el estómago.

-          El Blanco: Quita la melancolía y actúa sobre el pulmón y el intestino grueso.

      Los colores actúan sobre el lado derecho de nuestro cerebro, encargado de gestionar las emociones y los estados de ánimo.

            En uno de mis Talleres me comentaba Belén Pérez Alemany cómo utilizaba ella en sus clases de yoga el color azul para relajarse.

            Desde Walden, estas Navidades os animo a elegir cada día el color que más necesitéis para transformar estas fechas en lo que son: el triunfo de la Esperanza.

            Yo opto por el azul y el blanco con tintes de amarillo para celebrar la llegada de mi hijo César estas Navidades. Pienso, aunque tenga 24 años, achucharlo, tocarlo, mimarlo, volver a prepararle el desayuno y pasar largas veladas reflexionando sobre el amor, los valores cristianos, la fe y sobre todo, la esperanza.

            Y cuando se vaya me pasaré al rosa.

 
Los Sonidos del Silencio


En el pequeño zulo instalado en el garaje de mi casa, - Walden está en obras-, suena el despertador a las 6 de la madrugada. 
Hace mucho frío más allá de mis sábanas de franela, hoy no me quiero levantar a correr. 
Repaso en la cama mis certeras excusas:  
- Día duro de trabajo, comida del grupo de liderazgo, taller de running; 
- Henry descansa por la maratón de Valencia, saldré sola.
Animo Pilar, destapa la caja de Pandora donde guardas los mensajes de esperanza. Dos segundos y mis ojos se iluminan : 
Simon and Garfunkel
 “Hello darkness, my old friend
I've come to talk with you again
Because a vision softly creeping
Left its seeds while I was sleeping
And the vision that was planted in my brain
Still remains
Within the sound of silence

Deslizo mi pie y me visto sin apenas levantarme, anoche dejé la ropa a dos centímetros del suelo.
Miro mis five fingeres y pienso: - No riman con Simon and Garfunkel- , desempolvo mis viejas zapatillas, ya casi sin suela, pero acompañarán mi ansiedad melancólica, será como ir “Barefoot Running”.
Me arrastro hasta mi cocina provisional en un rincón del sótano y me preparo agua templada con limón, jengibre y bicarbonato. Me estimulará como mi café que me reservo para acariciar mi llegada a la oficina.

“In restless dreams I walked alone
Narrow streets of cobblestone
'Neath the halo of a street lamp

Sin reloj troto en el silencio de mi noche, Madrid duerme, ajusto la postura para dejarme llevar en piloto automático. Elevo el pecho, roto la pelvis, flexiono las rodillas y conecto mis sensores de posición con las caderas, entre ellos el vació. Poco a poco voy entrando en calor, pero aún me cuesta mover el cuerpo, sé que hasta que no lleve 15 minutos se me resiste perezoso.  Sonrió, no soy yo, es sólo la naturaleza.
Levanto la mandíbula y comienzo mi conversación con el cielo.

“I turned my collar to the cold and damp
When my eyes were stabbed by the flash of a neon light
That split the night
And touched the sound of silence”

Desaparece la noción del tiempo y del espacio, la oscuridad me absorbe y troto buscando borrar mi presencia. 
Los faros de un coche me recuerdan mi existencia. Es el cielo que susurra: “No te puedes esconder, aunque a veces no me sientas, mi luz siempre te alumbra”. 

And in the naked light I saw
Ten thousand people, maybe more
People talking without speaking
People hearing without listening
People writing songs that voices never share
No one dared 
Disturb The sound of silence.

Una taladradora móvil persigue mi sombra, tap, tap, tap, me adelanta. Miro el suelo esperando encontrar zanjas donde antes estuvieron sus pies. Mis neuronas espejo me traicionan empujándome a imitarlo, mano al embrague y meto la quinta. Lo adelanto, aunque es más joven su energía se derrocha en machacar el asfalto. 
Sonrío, la vanidad en mi filosofía  no encaja

"Fools" said I, "You do not know
Silence like a cancer grows
Hear my words that I might teach you
Take my arms that I might reach you"
But my words like silent raindrops fell
And echoed in the wells of silence
And the people bowed and prayed
To the neon god they made
…….And whispered in the sounds of silence

Le dejo ir, la canción vuelve a sonar, esta vez con mi letra:

Hello darkness my old friend, 
Aquí estoy de nuevo, sin miedos
Because a vision softly creeping 
left its seed while I was sleeping
Si lo puedo soñar, lo puedo hacer
And the vision that was planted in my brain
Still remains
Within the sound of silence
Iré a por ello 
Porque yo sí estoy llena de sueños.

….. Gracias Simon and Garfunkel por hacerme vibrar en mi momento de “no quiero”.
Pilar Amián

martes, 27 de noviembre de 2018


Make your Run a  “Jaw-Dropping Moment”



Tres caídas de mandíbula al respirar marcarán la diferencia .

 

¿Por qué somos tan discretos respirando al correr? Nadie nos mira, no hay necesidad de guardar el decoro. ¿Y si lo hacen qué importa? ¿Qué prima en ese momento la elegancia o la eficiencia?

 

Hace muchos años, vivía en Washington D.C. e hicimos un viaje familiar por la Costa Este. En una de las etapas, sonó la alarma de incendios a las 3 de la madrugada en el hotel donde nos hospedábamos. Al instante todos los huéspedes del hotel se plantaron en la calle con sus pijamas, calzoncillos o lo que llevaran. Yo, la cursi, tardé 15 minutos en llegar, en ese momento ni muerta hubiera bajado con mi camisón cortito totalmente desaliñada. ¡¡Menos mal que fue falsa alarma!!

Hoy, gracias a Dios, he madurado.

¿Qué quiero, eficiencia?

Tres bostezos al inspirar.

Tres generosas caídas de mandíbula.

El aire entrara con la misma presión con la que las máquinas sopla-hojas limpian las calles de Madrid.

¿Por qué bostezamos?

 El cuerpo instintivamente provoca las 3 caídas de mandíbula para recargarse del máximo oxígeno y espabilarse.  ¿Si la naturaleza lo ha previsto así, por qué no imitarla cuando deseamos el mismo resultado?

Abre la boca como un pelícano, coloca el tubo sopla hojas directamente la garganta y enciende tres veces la máquina.

El Walden Running es Runfulness:

Just Run Here Now  and forget about everything

lunes, 26 de noviembre de 2018

¿Quiénes son los Sensores de Posición en mi Movimiento?
Tus pies.
Son los zapadores, la avanzadilla, que van tanteando el terreno para alertar al cerebro del ajuste postural que debe realizar con cada pisada.
Conecta tierra, te ahorrarás muchas horas de técnica de carrera.
Quizás sería más apropiado decir: Reconéctalos!!!!
¿Acaso utilizas guantes de boxeo para cocinar o para escribir?
Mmmmm me temo que pierdes sensibilidad, no?
Extiende las plantas de los pies, eleva ligeramente los dedos, siente el contacto del calcetín sobre tu piel y la presión del terreno en toda su extensión.
Now Run #Forrest, Run.
Pilar Amián
Walden #Runfulness

viernes, 23 de noviembre de 2018


Esos maravillosos Fracasos.

 

Mi soberbia en la vida me llevó al yo todo lo puedo hacer sola, no necesito ayuda de nadie.

Mi soberbia en mi Running me llevó al yo sola puedo entrenar no necesito ayuda de nadie.

 

Qué pobre se vuelve nuestra vida cuando el Ego crece tanto que bloquea nuestras ventanas impidiéndonos absorber las maravillas que el mundo nos regala!!

 

El cielo, sin embargo, que está siempre al quite,  llama a esas ventanas y las golpea fuertemente con los mal llamados “fracasos.”

Estos son realmente duras experiencias que nos manda Dios para hacernos fuertes, con ellos nos vuelve a dar otra oportunidad para seguir creciendo.

Qué suerte tenemos aquellos cuyas ventanas han sido golpeados tantas veces.!!!!

 

Yo, de mis éxitos, apenas he aprendido nada, sucedían sin que me detuviera a repasarlos. Sin embargo, gracias a mis fracasos he transformado tantas cosas en mi vida, que hoy, cuando llegan, cojo la lupa, los analizo y sonrío mirando al cielo: “Vaya, otra vez me estás avisando.”

 

Así surgió el Método Walden para el Running.

Me lesioné doblemente entrenando la Maratón de Valencia:

-          Una postura incorrecta hizo que mi psoas ilíaco me impidiera correr según los traumatólogos para siempre.

-          Una anemia galopante hizo que tuviera que dejar de correr según mi internista para siempre.

Fracasé en mi intento de hacer la maratón pero gracias a ello crecí.

-          Decidí aprender todo lo que existía en el mundo del deporte sobre técnica de carrera y me tropecé con el “Chi-Running”, “Pose-Running”, “Natural Running” y “Nacidos para Correr” (Christopher McDougall). Ya enfangada con el estudio de la mecánica del cuerpo, seguí con la concepción Oriental del ser humano, la respiración y las energías. Terminé sumergiéndome en la mente y su fantástico poder de transformación a través de las visualizaciones.

Surgió el poder transformador del Runfulness

-          Decidí aprender todo lo que existía sobre nutrición y transformé mi concepto de comer para no engordar por el de comer para estar sana y fuerte.

Un año después hice la maratón de Valencia, disfrutando.

 

Decidí hacerme muy muy pequeña para que mi ego jamás me encuentre y así poder seguir creciendo, aprendiendo.

 

Os animo a desterrar la palabra “Fracaso” de vuestro vocabulario y a sustituirla por “escalones” hacia el éxito.

Yo no pienso ni bajarlos ni sentarme en ellos

¿Y vosotros?  ¿Queréis también seguir subiéndolos?

Pilar Amián
Fundadora del Método Walden para el Running