Estas Navidades Colorea tu Running.
Este año me
propongo vivir intensamente las Navidades, no me dejaré arrastrar por mis
amigos melancólicos que insisten que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Este
tiempo también será, en breve, pasado, así que lo voy a transformar en “Mejor” hoy, no mañana.
Otros años,
por nuestra tendencia lastimera, olvidé que el Adviento trae un mensaje de
esperanza: “Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros”. Tenemos la única
religión en la que su Dios baja a compartir con su pueblo sus dolores, sus
sufrimientos y sus alegrías. Uauuu, él
nos entiende porque ya lo ha vivido.
¿Cuántas
veces hemos dicho a un amigo/padre/familiar: “No puedes entenderme ni
consolarme porque no has pasado por ello”?. El sí.
Estas
Navidades elijo Disfrutar, Tocar, Sonreír y Mirar intensamente a mis seres
queridos. Me prohíbo poner una sola cara de tristeza. ;-)
El Walden #Runfulness
tiene un truco para eso.
Desde hace cientos de años la
respiración ha sido utilizada en oriente como medio de prevenir y tratar
enfermedades. El Control Consciente de la entrada y salida de aire en nuestros
pulmones, de su ritmo, de su cadencia o la visualización de su color y recorrido
provoca reacciones físicas y químicas en nuestro organismo.
Nos
centraremos pues en los colores:
A través de
la visualización del oxígeno entrando por nuestra nariz (o glotis) de un color
u otro podemos intervenir en el proceso de curación y mitigación de nuestros
males físicos y anímicos.
En Oriente
explican los efectos sanadores de cada uno de estos colores:
-
El Rojo o rosado:
Calma la sensación de tristeza y actúa sobre el corazón y el intestino
delgado.
-
El Azul: Mitiga el miedo y actúa sobre el riñón y la
vejiga
-
El Verde: Aplaca la ira y actúa sobre el hígado y la
vesícula biliar
-
El Amarillo: Ayuda con las obsesiones y actúa sobre el
bazo y el estómago.
-
El Blanco: Quita la melancolía y actúa sobre el pulmón
y el intestino grueso.
Los colores
actúan sobre el lado derecho de nuestro cerebro, encargado de gestionar las emociones
y los estados de ánimo.
En uno de
mis Talleres me comentaba Belén Pérez Alemany cómo utilizaba ella en sus clases
de yoga el color azul para relajarse.
Desde Walden, estas Navidades os animo a
elegir cada día el color que más necesitéis para transformar estas fechas en lo
que son: el triunfo de la Esperanza.
Yo opto por el azul y el blanco con
tintes de amarillo para celebrar la llegada de mi hijo César estas Navidades.
Pienso, aunque tenga 24 años, achucharlo, tocarlo, mimarlo, volver a prepararle
el desayuno y pasar largas veladas reflexionando sobre el amor, los valores
cristianos, la fe y sobre todo, la esperanza.
Y cuando se
vaya me pasaré al rosa.
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